¿PLAGAS 'CULTURALES' INEVITABLES?

Necías E. Taquiri

Son culturales incluso las actividades de la borrachera alcohólica, que por haberlas hecho costumbre el hombre, especialmente en Ayacucho, donde se bebe 'como mierda', casi con unción patriótica, diríamos, como en pocos lugares del país, afecta a nuestra sociedad como la fanática religión, y aleja a los ayacuchanos de otras actividades culturales más provechosas, como el estudio, por ejemplo.

Pero, no nos referimos a 'ese estudio' para aprobar una asignatura, o aquel otro que hay que realizar para obtener una profesión, conseguir un trabajo, asegurar una remuneración mensual, y luego vivir comer, vestirse y, otra vez, 'educar' a los hijos para que hagan lo mismo; sino a 'ese estudio' de la vida, de la realidad, para salir de la rutina, de la repetición generacional, cambiando este mal estado de cosas establecidas desde hace mucho tiempo.

Son dos actividades culturales aparentemente contrapuestas; pero, se interceptan muy a menudo y hasta con deformaciones. La plaga del consumo de la cerveza, por ejemplo, que afecta -según estudios realizados por investigadores nacionales- a la mayoría de los estudiantes universitarios, y secundarios, quienes, en lugar de ocupar sus tiempos libres en la búsqueda y lectura de libros, como ocurre en otros países, prefieren hacerlo en las cantinas.

En cuanto al estudio, para 'forjarse una profesión' o 'especializarse', se ha afectado por otra plaga: el internet, que no te deja pensar y 'te facilita' casi todas las informaciones que te exigen los profesores, y el power point, que se ha convertido en la manera más cojuda de gastar plata (porque el alquiler, grabar o comprar tecnología informática cuestan) y la forma más cínica de plagiar públicamente las denominadas exposiciones de trabajos de investigación.

Y hay profesores, especialmente de los niveles 'superiores', que aprecian, felicitan, valoran y califican con 'buenas notas', el uso del Data y tanta cosa, cuando a lo sumo, en esas imágenes, debería incluirse un esquema o imágenes de soporte, mas no instrumentos de lectura mecánica de párrafos transcritos con 'ciertas' y torpes deformaciones personales, inclusive.

¿Son inevitables estas plagas? Esto es, la borrachera alcohólica y el uso del Power Point, ¿para aparentar modernidad?

Consideramos que no. Que si queremos salvarnos como sociedad, como seres que necesitamos cuidar el cerebro y el pensamiento como productos, debemos racionalizar ambos consumos: el alcohol, en fechas especiales, y poco; y esos aparatitos, para explorar la capacidad del estudiante, lo mínimamente posible. A menos que se trabaje con infantes, donde la vista es la puerta de entrada de los conocimientos, y lúdicamente, es mejor.

En cambio con los mayores, especialmente en la universidad, mejor dejar de lado esos plagios, y los papelotes, para recurrir a otras formas activas de aprendizaje -que abundan-, priorizando la reflexión, el análisis, la crítica, la propuesta, la previsión y la aplicación. ¡En todas las especialidades! No hay necesidad de proyectar letras para comunicar ideas, porque 'las ideas no se ven, se sustentan'.

"La cerveza es hija del connubio del placer y el lucro. Se la promociona como pasaje directo al paraíso, y tal vez sea cierto. A trago limpio se desenvainan los puñales y se aprietan los aceleradores, se cargan los revólveres y se da rienda suelta al tigre. En brazos de 'la rubia', todo se olvida y solo queda el momento, efímero. La cuota es alta: heridos en peleas de bar, muertos por caídas o por cirrosis, gracias a la publicidad engañosa e hipócrita de la cerveza" (M. Rossi). Es una costumbre nacional, una cultura tercermundista vista con agrado por el primer mundo.

"Las diapositivas son los bastones modernos de los intelectuales cojos; si les arrancas se van de bruces y no se levantan". (H. Neira). Más honesto y barato sería el uso de sus propios apuntes o de los libros, en lugar de leer lo que con letras grandes se proyecta en la pared.