El
tema del Día para el 2011 es: «De la pobreza a la sostenibilidad: las personas
en el centro del desarrollo inclusivo».
El
Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza ha sido observado cada
año, a partir de 1993, desde su declaración por la Asamblea General de las
Naciones Unidas (resolución 47/196 ),
con el propósito de promover mayor conciencia sobre las necesidades para
erradicar la pobreza y la indigencia en todos los países, en particular en los
países en desarrollo - necesidad que se ha convertido en una de las prioridades
del desarrollo.
Con
la atención del mundo centrada en la próxima Conferencia sobre el Desarrollo Sostenible (Río +20), es fundamental destacar la
importancia de la erradicación de la pobreza para construir un futuro
sostenible para todos. Las personas que viven en la pobreza se enfrentan a
desafíos cada vez más difíciles como el cambio climático, la degradación del
medio ambiente y el aumento de los precios de los alimentos amenaza sus fuentes
de sustento y la supervivencia. El camino hacia el desarrollo sostenible debe
garantizar que se incluya a las personas que viven en la pobreza los procesos
de adopción de decisiones y que se adopten medidas concretas para responder a
sus necesidades y demandas.
El
Segundo Decenio de las Naciones Unidas para la
Erradicación de la Pobreza (2008 - 2017), cuyo tema es: «El pleno empleo
y trabajo decente para todos» plantea un marco importante para que los Estados
Miembros y las Naciones Unidas pueden reflexionar sobre las prioridades
globales de empleo y trabajo decente para la erradicación de la pobreza.
En
la Cumbre del Milenio, los jefes de estado y de
gobierno, se comprometieron a reducir a la mitad, hasta el año 2015, el
porcentaje de las personas que viven en la indigencia - cuyos ingresos sean
inferiores a $1 dólar por día.
Mensaje
de Ban Ki-moon Secretario General de la ONU con ocasión del Día Internacional para la Erradicación
de la Pobreza
17
de octubre de 2011
Durante
décadas, las Naciones Unidas han trabajado para librar a las personas de la
pobreza. Hemos hecho grandes progresos, pero hoy esos logros están en peligro.
Demasiadas
personas viven con miedo:
Miedo
de perder sus empleos;
Miedo
de no ser capaces de alimentar a sus familias;
Miedo
de quedar atrapadas para siempre en la pobreza, privadas del derecho humano a
vivir con salud y dignidad y esperanza en el futuro.
Podemos
hacer frente a las dificultades que afrontamos: la crisis económica, el cambio
climático, el aumento de los costos de alimentación y energía, los efectos de
los desastres naturales.
Podemos
superarlas situando a las personas en el centro de nuestra actuación.
Con
demasiada frecuencia compruebo, en los debates sobre nuestro futuro, la
ausencia de tres grupos: los pobres ... los jóvenes ... y el planeta.
Mientras
trabajamos para evitar una crisis financiera mundial, debemos trabajar también
para evitar una crisis mundial de desarrollo.
No
podemos, en nombre de la austeridad fiscal, recortar inversiones de sentido
común en las personas.
Se
puede detener la malaria. Se puede lograr que el SIDA retroceda.
Se puede salvar a millones de madres de morir durante el parto. Se puede
generar empleo y crecimiento mediante inversiones ecológicas.
No
es una situación teórica: está ocurriendo.
No
es el momento de dar marcha atrás.
Es
el momento de avanzar con más empeño para alcanzar los Objetivos de Desarrollo
del Milenio.
Es
el momento de prepararse para sacar el máximo provecho a Río+20, la
importantísima conferencia sobre desarrollo sostenible del próximo año.
Juntos,
escuchemos a las personas y luchemos por sus esperanzas y aspiraciones.
Así
es como construiremos un mundo sin pobreza.
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