Ascencio Canchari Sulca
El primero de mayo de 1890, Federico Engels, diría a los proletarios del mundo: “…hoy, en el momento en que escribo estas líneas, el proletariado de Europa y América pasa revista a sus fuerzas, movilizadas por vez primera en un solo ejercito, bajo una sola bandera y para un solo objetivo inmediato: la fijación legal de la jornada normal de ocho horas, proclamada ya en 1866 por el Congreso de la Internacional celebrado en Ginebra y de nuevo en 1869 por el Congreso obrero de París. El espectáculo de hoy demostrará a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que, en efecto, los proletarios de todos los países están unidos.”
Hoy, el proletariado europeo y americano, conformado mayoritariamente por jóvenes viene agitando al mundo como hace más de 120 años, a través del Movimiento de los Indignados. Y sin ir muy lejos, veamos nomás, los acontecimientos que están sucediéndose en el hermano país de Chile; donde desde hace más de cinco meses, los estudiantes universitarios chilenos conjuntamente con otros gremios y organizaciones sociales de la sociedad chilena, vienen sacudiendo al Gobierno y a la clase dominante chilena; exigiendo sus reivindicaciones estudiantiles en las calles chilenas, reclamando su derecho a una educación gratuita y de calidad para todos los chilenos.
Don Felipe López Mendoza, analizando el contexto del Movimiento de los Indignados, en un artículo denominado: “Un fantasma recorre el mundo: el fantasma de los indignados”, nos llama la atención con una pregunta; Don Felipe nos dice: “¿Y en esta Huamanga, Cuna de la Libertad Americana, no tenemos motivos de indignación?”.
En esta Huamanga, Cuna de la Libertad Americana, tenemos tantos motivos como para indignarnos y salir a las calles así como lo están demostrando otros países hermanos. Si el pueblo huamanguino no se encuentra todavía en las calles para expresar su indignación, es porque ella aún no se encuentra informada adecuadamente; porque la educación que se le brinda, aún, no le sirve para indignarse; porque los profesionales y estudiantes universitarios se encuentran de espaldas y se hallan desligadas de ella; porque la Universidad aún no cumple con su rol fundamental, que es la de ser un centro de investigación y debate sobre la realidad huamanguina y ayacuchana; porque los estudiantes no hacen el trabajo de interpretación de la realidad ayacuchana en el tema económico, social, educativo y político; porque los docentes primarios, secundarios y universitarios no toman conciencia todavía de cuál es su papel en la formación del estudiantado; porque las autoridades que pasaron y los que están en estos momentos nos callan la boca con la pavimentación de nuestra cuadra, cuando nos regalan una laptop, una banda de música o nos regalan dinero.
El pueblo huamanguino, tiene, ya, tantos motivos como para indignarse y hacer honor al calificativo de “Cuna de la Libertad Americana.” Los problemas que hasta ahora viene acarreando el Terminal Terrestre es un caso de indignación grave; la destrucción del Hospital Regional Mariscal Llerena es otro caso grave de indignación; la no conclusión hasta ahora de la Obra de Drenaje Pluvial en el jirón San Martín que ya tiene un año de ejecución y; el regalo prácticamente de más de 20 millones de soles a una empresa que iba construir el Hospital es otro caso grave; el avance en los gastos del presupuesto del Gobierno Regional y de la Universidad San Cristóbal de Huamanga que no pasan a la fecha más del 40% son casos para indignarse; la falta de ejecución de obras, la inseguridad ciudadana, el sistema de transporte y limpieza pública un caos, cobros abusivos en el Sistema de Administración Tributaria por parte de la Municipalidad de Huamanga es otro caso más para indignarse; y así, tres páginas más de motivos para indignarse. ¿Qué nos falta? ¡Organización!
NOTA: Publicado en el Diario Regional “LA CALLE” el jueves, 20-10 -2011.
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