Necías E. Taquiri Y.
A pesar de haber escuchado directamente (como periodistas independientes), tanto al Presidente Regional Wilfredo Oscorima, como al Vicepresidente Efraín Pillaca, manifestando que entre ambos mandatarios no hay conflictos insalvables, “salvo las contradicciones normales o de rutina que se presentan entre autoridades de cualquier institución”; no podemos dejar de expresar nuestro interés –igualmente periodístico-, por seguir escuchando en otros medios que, “lo que hay entre ambos, Oscorima y Pillaca, es una pugna indisimulable por el poder o todo un cisma “que podría reventar en cualquier momento” y mostrarse en franco enfrentamiento, con visos a no reconciliarse y afectar a toda la gestión regional. Situación que, por supuesto, no les auguramos, ni quisiéramos que ocurra, por ene razones que explicaremos serenamente.
De acuerdo a esos trascendidos (que son ‘eso’ y nada más, hasta ahora), Pillaca sería quien gobierna en sí en el Gobierno Regional, aprovechando las funciones delegadas por el Presidente Oscorima, cuya presencia en la capital es frecuente. Pero, gobernaría –como por ejemplo sostiene Luis Quintanilla, autor de una denuncia penal contra el Vicepresidente, por la irregular contratación de su hermano Ángel en el PIR-DEVIDA, con la complicidad supuestamente del ex director de la DREA, un falso abogado y un par de funcionarios de la misma-, para aprovecharse de ese poder y designar a cuanto familiar, amigo y paisano suyo, en las diferentes instancias del poder regional, como trabajadores contratados, posponiendo a los que no son sus allegados, e incluso a sus compañeros de campaña, llegando al extremo de cambiarlos –utilizando obviamente, al Presidente Regional-, cuando no les parece compatibles a sus aspiraciones, ‘manejado’ inclusive por su otro hermano que trabaja en un puesto clave del GRA.
Efraín Pillaca ha negado en todos los idiomas semejante favorecimiento a ninguno de sus familiares, mucho menos a Alfredo, su hermano, en su irregular contratación (porque no estuvo enterado sino hasta hace poco), y negado, en todo caso, la existencia alguna de nepotismo o cualquier otro delito de administración, que “conoce a cabalidad”, comprometiéndose a ser ‘el primero en sancionar a los que resulten responsables, si el caso amerita, luego de la investigación que ha dispuesto’. Consecuentemente, en forma pública y en privado, para aclarar a algunos medios (que por supuesto no es el nuestro, ya que aquello que no nos consta no lo diríamos), dijo que su lealtad al Sr. Oscorima está fuera de toda duda, que la mantendrá hasta las últimas consecuencias, si bien acepta –reiteró- que existen cosas que él ha observado son irregulares, por lo tanto ha sugerido su petición de modificación al propio mandatario regional.
Por su parte, Wilfredo Oscorima, que ha tenido la gentileza de aceptar de visitarnos en “Atlantis”, el viernes último, dijo que no tiene diferencias de consideración, ya que ‘todo lo que hace su vicepresidente, no escapa de su conocimiento, control, sugerencia u orden, como corresponde a un Presidente Regional”. “Yo soy el Presidente, dijo, y todo lo que viene de afuera no es sino el fruto del chismorreo” de la gente que desde el inicio de mi gestión ha venido sembrando dudas, levantando rumores irresponsables “como que yo tenía orden de captura y por eso es que me había escapado del país”. “Esa gente, azuzada por un pseudo periodista a quien no le designé como funcionario del GRA (se refería obviamente a su ex vocero político, durante la campaña electoral), es la que quisiera verme enfrentado con el Vicepresidente, con las obras que he prometido y no cumplidas, y, lo ‘más grande para ellos’, revocado, cambiado o retirado del cargo. Sobre el particular –dijo- manifiesto que no me quita el sueño, pueden hacerlo si es que así lo desean y el pueblo lo ordena. Yo estoy trabajando las 24 horas del día para traer presupuesto para las grandes obras, algunas de ellas están en marcha, cuestan un promedio de 2 mil millones, voy a cumplir todo lo que he prometido; pero, si me vacan, iré a dirigir mis actividades particulares, yo soy un empresario profesional. No tengo miedo.”
Esas son las dos aristas de dos personajes hipotéticamente ‘irreconciliables’, al más alto nivel del GRA. Grabadas, filmadas y transcritas en los periódicos, y tibiamente ‘confrontadas’ por la prensa bullanguera en sus ausencias, pero que cuando concurren personalmente a su medio, termina por el lame, la franela y la felicitación incoherente y hasta agradecimientos por hacerles caso en el cambio de los funcionarios que andan sugiriendo, tipo campaña, mañana tarde y noche.
No nos gustaría ningún cisma a ese nivel, lo decimos con conocimiento de causa, como amigo de ambos, como profesional, como periodistas críticos, y sabedores de que en lugar de Rofilio Neira este equipo prometía mucho más –y todavía promete- para concluir que la esperanza no está perdida, según como vemos la gestión integralmente, salvo los descuidos que arrastran de la gestión anterior, el gasto presupuestario preocupante, el derrumbado hospital, la lucha contra la corrupción que todavía no muestra resultados.
En caso de descubrirse el menor atisbo de delito, de malversación o insania en el mandatario de la región, que por supuesto no se observa con el hígado, las páncreas, los pies o con el cerebro encendido por el resentimiento, no solo usaremos la prensa para criticarlos duramente, mostrarlos ante el pueblo y, efectivamente, exigir que se vayan, que dejen el cargo, que no nos engañen más. Incluso, que se vayan a la cárcel, si es el lugar que se merecen. La amistad es una bella cosa entre las personas que tienen el mismo norte: el progreso de nuestros pueblos, el bienestar de nuestros hermanos –especialmente provincianos-, etc., si desde cualquier lugar de la gestión pública o desde las instancias privadas con visos de filantropía ayudamos a lograrlo. Pero, la amistad, la familiaridad, el compañerismo incluido, se relega a un segundo o a un último lugar, si de por medio se encuentra el destino de los pueblos, de nuestra patria, de la humanidad.
Haber ocupado una asesoría, un cargo de confianza, por unos cuantos días, y que la hayamos dejado por cualquier motivo, no va a revolucionar nuestro hígado, por lo que la gente poco entendida, miope o desubicada nos sugiera que odiemos a medio mundo, empezando por los nuestros, seguramente para que venga otra gente, de otros lares, con otros pensamientos, distintos a los de nuestro pueblo, para llevarse no solo sueldos considerables, sino a vender nuestras riquezas, menospreciando a los verdaderos propietarios. Esa es la cuestión, y no el interés barato de buscar primicias a como dé lugar, ni ganar sintonía gritando como el lobo desesperado cada noche en la sombra, contra la luna, las estrellas y el firmamento.
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