martes, 27 de septiembre de 2011

¿DE QUÉ 'IZQUIERDA' ESTAMOS HABLANDO?


Necías E. Taquiri Y.


Dicen que la izquierda peruana -y diría yo, la mundial- está jodida por culpa de los propios izquierdistas. ¡Qué pena! (añado), al inferir que tienen razón, y que con eso están posponiendo la llegada del socialismo a nuestro país. Como hombres de izquierda que nos consideramos, pero no de la izquierda fanática, ciega, copista o partidarizada -con los vicios y enfermedades propios de estos partidos, lamentablemente-, sino izquierdista de hermosas convicciones -al fin y al cabo-, hubiéramos querido que el legado de Mariátegui no debieron de haberlo prostituirlo (como lo hicieron hasta los 'mariateguistas' de Jorge del Prado); vemos con preocupación que su retoma va a costar todavía tiempo y acaso sacrificios.

Porque estos oportunistas se acuerdan de la 'izquierda', del socialismo, la revolución y el comunismo -inclusive-, cuando se acercan las elecciones, cuando hay que dictar conferencias magistrales o cuando escriben cinco parrafitos que llaman 'poemas', o durante las conversaciones de cantina donde cada quien 'es un gran revolucionario', 'que hizo aquello o conoció a fulano' (al Che, a Fidel, a Chávez; falta nomás que digan 'yo tomaba café con Marx en Puskín'), cuando de revolucionarios no tienen nada o, como decía mi finado padre, ni pinta.

¿Qué izquierdista puede ser aquel que en la mínima ocasión se enrola en las filas de las ONG o se anota en la planilla de funcionarios, para hacer exactamente lo que en el discurso leninista de amor por los niños se plantea? ¿Qué izquierdista podría convertirse, de la noche a la mañana, en usurero, mercantilista, agiotista, delator, vengativo, egoísta, durante todas las horas de su trabajo profesional o comportamiento social, sin contemplar los problemas, las necesidades, las aspiraciones insatisfechas de los más pobres, si en cuyo nombre es que se inspira el cambio socialista?

Y los vemos, los escuchamos y leemos en los periódicos 'grandes', incurriendo en payasadas políticas, comportándose peor que los derechistas más recalcitrantes o igualándose con ellos. Los observamos en los 'grandes' ministerios, caminando como caporales o actuando como tiranuelos, cuidando el cumplimiento de las leyes urdidas a la luz de las dictaduras, como si flexibilizarlas o adecuarlas al contexto social, les fuera difícil o imposible.

Nadie les niega el derecho a trabajar en doquier lugar y cualquier ocupación, incluso dejando de lado el mero y técnico criterio del profesionalismo, si tienen capacidad para desenvolverse con idoneidad. Pero, de eso a que un Huamán o un Quispe adquiera poses, mañas y maldades, sólo porque la oportunidad laboral les dio un escaño o puesto laboral para ganarse unos cuantos soles, y que empiecen a maltratar a los suyos, a sus iguales, a sus pares, con quienes han sobrevivido comiendo tunas, cancha o hierbas, acaso, ¡eso no puede ser de izquierdistas, y ni siquiera de gente de derecha con visos de filantropía!

Y pensar que escuchándolos, leyéndolos y conociéndolos antes, es que aprendimos a entender que en el Perú no queda más camino que el socialismo para barrer de raíz todo lo malo que la derecha ha anidado en su tejido social. Que gracias a muchos de ellos aprendimos a ser honrados, responsables, limpios, solidarios, serviciales -socialmente hablando-, porque concordaban con las enseñanzas de nuestros padres y de nuestros mejores maestros de la educación primaria. Gracias a ellos. Y, miren, éstos ya no son honrados, se han vuelto oportunistas, se pueden poner cualquier camiseta y explotar, como ellos enseñaban que sólo los hacían los explotadores.

No hay mal que dure cien años, habrá que decir, y que de la crisis generalizada que estamos viviendo, emergerá una generación nueva de carcachuños y machulones, para darle lustre, sapiencia, limpieza y capacidad de conducción social a la izquierda y al socialismo, les pese o no a los 'izquierdistas' de ocasión, figuración y confusión, y contra de lo que digan los derechistas del mundo.

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