lunes, 15 de agosto de 2011

¿TAMPOCO MEDICINA HUMANA EN LA UNSCH?

Necías E. Taquiri Y.

La campaña sistemática contra la creación y posterior funcionamiento de la Facultad y/o Escuela de Formación Profesional de Medicina Humana en la Universidad de Huamanga, por algunos sectores de la población ayacuchana y –lo increíble- de algunos docentes de la propia Universidad, especialmente de enfermería y obstetricia que funcionan como facultades teniendo cada una, solo una escuela, merece una profunda reflexión.

Primero, porque no se debe ser tan pesimista ante un asunto muy importante y esperado por el pueblo, por muy difícil se muestre el camino hasta su concreción, ni mucho menos resignado o conformista, tratándose de algo que dará relieve a la Universidad.

Y, segundo, porque debemos comprender que el mundo va cambiando, sus instituciones obviamente, los hombres igual, y hay que buscar concordancias en todos esos cambios, también en Ayacucho o en la Universidad de Huamanga, específicamente, con respecto de los profesionales de distintas especialidades que necesitamos, para romper inclusive con la mala costumbre de cuidar nomás lo que logramos en ocasiones anteriores, para ir reciclándonos, adecuándonos, previendo, actualizando.

Argumentos pesimistas como: “no tenemos suficiente presupuesto”, “se requiere de nuevos ambientes y más profesores”, “cómo vamos a crear una facultad médica si ya contamos con dos que se parecen”, “tendríamos que modificar la estructura de la universidad”, “los de matemática y física querrán constituirse también en facultad”, “si con las facultades actuales ya no podemos y hay cada toma de toma de locales por estas causas”, etc., abundan en la boca de los que se oponen, en los hechos.

¿Son argumentos o justificaciones? Si quienes lo dicen son autoridades universitarias, son puras justificaciones, y tácito reconocimiento de que no saben hacer gestión para hacer funcionar una futura escuela o facultad, como que no pudieron arrancar más plazas docentes del MEF, no pudieron mejorar la infraestructura de la Ciudad Universitaria, no pudieron defender los terrenos de la Universidad, o como que con toda esa incapacidad propiciaron un promedio de 8 tomas de locales por semestre, permitieron el crecimiento desmedido de administrativos, el estancamiento de sector docente y la reducción de estudiantes en sus diferentes, etc., y, eso, habiendo suficiente plata.

En cuanto a los otros sustentos en contra, son fácilmente refutables. Por ejemplo, la reestructuración total de facultades, escuelas, departamentos, coordinaciones de proyección social e investigación de nuestra Alma Máter, empezando por Medicina Humana, en una sola Facultad con Obstetricia y Enfermería, para convertirla en Facultad de Ciencias de la Salud. Posteriormente, las ingenierías se agruparían en una sola Facultad, y tal vez otras más; que nos ahorraría dinero, cortaría burocracia, mataría corrupción, eliminaría feudos, disminuiría locales, secretarios y demás cargos, para pasar a convertirse en universitaria eficaz, moderna y única, porque ahora hay tal desorden que cada quien hace lo que quiere.

El gran paso se ha dado y si no se quiere que los estudiantes otra vez tomen locales, o que el pueblo acreciente sus reciente crítica a la institución universitaria toda, lo que hay que hacer es apurar gestiones para que funcione Medicina Humana, con la indicación de que la reestructuración del sistema universitario cristobalino por sus propios integrantes se dé cuando sea necesaria, en cualquier momento, creando, fusionando, modificando escuelas o facultades, sin que los resentimientos de los decanables entorpezcan su desarrollo dinámico como institución del más alto nivel.

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