jueves, 1 de diciembre de 2011

MÁS RESPETO CON EL MAESTRO, SEÑOR DIRECTOR


Necías E. Taquiri Y.



El acatamiento de un Paro de 48 horas para exigir la atención de sus derechos, aquí en Ayacucho, al igual que en otros departamentos del interior del país, bajo la dirección del SUTE Conare, que desde hace algún tiempo es un sector contestatario del SUTEP, ha provocado la ira del Director Regional de Educación Luis Silva, con términos inadecuados, irrespetuosos, poco tolerantes y, por supuesto, masoquistas, porque se supone que él mismo es profesor, si bien, por esas cosas de la vida, asume temporalmente la responsabilidad de conducir la educación regional, después de haber trabajado alguna vez como profesor de bases.



Cuando se refirió al cumplimiento de la norma que establece el pago a los profesores por preparación de clases, en un treinta por ciento, motivo por el que están luchando los maestros, ya que desde los noventas incumplen los diferentes gobiernos, dijo este director regional, ‘de qué preparación de clases hablan, si sabe dios lo harán o no, en qué tiempo, dónde, cómo’, queriendo dejar el sutil mensaje de que los profesores (así genéricamente) no cumplen con esa actividad y –por lógica inferencia- no merecen lo que están exigiendo.



Debe saber este profesor -designado como Director Regional de Educación por razones de confianza nada más, que los maestros del campo o de la ciudad, de este país o de cualquier otro, ¡siempre preparan sus clases!, sea en sus casas, durante horas o días antes de la actividad lectiva, porque de no hacerlo sería ‘funcionario’, chofer o ingeniero (que tienen otras costumbres). Y lo hacen con ingentes esfuerzos de economía y trabajo. Tienen que prepararse, de todas maneras, para enseñar cualquier tema de cualquier curso, línea de acción educativa o asignatura, incluso, si no le gustara. De modo que, dejar fluir la idea peregrina de que los maestros “nunca preparan sus clases”, es una expresión de fobia contra los maestros (que es su profesión, y no tendría por qué morderse la cola), y propia únicamente de personajes acomplejados como Alan García, quien espetó, alguna vez, que “si les muestras libros a los maestros, éstos se escapan”, que son “comechados”, “ociosos”, etc.



Por lo demás, desacreditar a los maestros por el derecho de hacer paros, huelgas u otras formas de protesta legal, como en esta última ocasión, así sea Director Regional, con la amenaza ‘valiente’ de que “esta vez sí los va a descontar”, con el añadido de que los maestros de los distritos rurales de Huamanga no han venido por el paro, sino “de vacaciones”, es signo de intolerancia o prepotencia, porque él no puede leer la mente de todos los maestros y tampoco sentirse dueño de la plata, para determinar quién lleva menos pan a casa, y sin contemplar que acordado recuperar las clases no desarrolladas durante los dos días del Paro.



Finalmente, eso de ‘encostalar’ a los profesores del SUTE Conare con el ‘mote’ de “movadistas”, para diferenciarlos del SUTEP oficial (de Patria Roja), es irresponsable, impropio para la figura de un Director Regional que tiene que respetar por igual a todas las facciones de ese gremio, tal como hizo el propio Gobierno Regional de Ayacucho, al haber emitido tres resoluciones regionales en atención a sus demandas, y habiéndose comprometido, inclusive, a emitir uno más, precisamente a petición de esta facción. Lo otro, es mostrarse más papista que el Papa, en puro afán figureti, de ‘mejor servidor del Estado’ o de ‘muy trabajador’. Es un triste papel de perro guardián que no se lo recomendamos a nadie, mucho menos a quienes fueron alguna vez maestros y respiraron tiza durante el trabajo.



Y si quiere indignarse el profesor por los excesos o errores posibles de los sindicalistas, que al parecer nunca fue sindicalista o no sabe deontológicamente qué significa el gremialismo, que lo haga en su casa, en sus fueros internos, y se guarde sus adjetivos contra la dignidad de los maestros. Que repudie sus intemperancias y trate con respeto a quienes, por un sueldo miserable, hacen lo indecible para educar a nuestros niños y jóvenes, allá donde no soportarían ni por 48 horas, determinados niños bien del Ministerio de Educación, pero se llenan la boca de calidad, de pedagogía, de gestión o de trabajo educativo.

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