La renuncia irrevocable del Premier del Consejo de Ministros Salomón Lerner, es muestra que el equilibrio con que se manejaba el gobierno, no podía mantenerse por mucho tiempo; y es que la ley universal de la unidad y la lucha de los contrarios, tarde o temprano termina definiendo a uno u otro lado, si las fuerzas son contrarias.
Los primeros indicios de la ruptura que significaba la “concertación” del gabinete Lerner, se dio con la famosa frase del Presidente Ollanta Humala “Conga si va”, que no era una simple frase, sino era producto de una lucha interna donde las fuerzas de la derecha habían ganado la batalla. Con la declaratoria de emergencia de cuatro provincias cajamarquinas, iría definiéndose aun más el sentido de la ruptura que no era, por cierto, hacia al lado del pueblo que eligió al Presidente Humala.
La presión de la derecha y los grupos económicos, nunca dejaron de hacerse sentir, antes y después de las elecciones generales, pues a esa presión responde la “Hoja de Ruta”, y la designación del Ministro de Economía y el Jefe del Banco Central de Reserva que les daba “confianza” a la derecha y a las inversiones extranjeras.
El nuevo Presidente del Consejo de Ministros, Oscar Valdés, ex militar, al igual que el Presidente Humala, podrá cumplir, seguro, con la aspiración del mandatario de la nación, que “no importa el color del gato, con tal que case ratones”; puro pragmatismo que puede conllevar a posiciones autoritarias cuando se trate de enfrentar conflictos sociales y la forma de resolverlos. Ya lo demostró cómo resuelve el Premier del Consejo de Ministros, cuando de Ministro del Interior, dispuso la detención arbitraria del Presidente del Frente de Defensa del Ambiente de Cajamarca y otros cinco dirigentes, o el fatal desenlace del problema de Cañete con el primer muerto de esta gestión.
No es coincidente que algunos conspicuos representantes del fujimorismo, muestren su satisfacción por el nuevo rumbo de la gestión humalista, así como los Vargas Llosa, que se regodean hablando de crecimiento económico, de más inversiones, más minería, más “orden” para lograr la inclusión social. Para un gobierno que considera que la inclusión social, va aparejada innegablemente a la actividad minera, es contraproducente, en la medida que, justamente, esta forma de percibir el desarrollo del país, es lo que ha provocado crisis y más crisis. Nos hemos convertido en un país mono productivo, sin ampliar la gama de posibilidades que podemos tener como un país mega diverso, con una actividad agrícola y ganadera otrora prominentes.
Tan humalista o nacionalista, es el nuevo gabinete que congresistas de Gana Perú, como el representante de Ayacucho, José Urquizo Maggia, pasan a formar el gabinete Valdés. Urquizo Maggia que siempre se desempeñó en la Comisión de Inteligencia del Congreso, deberá mostrar ahora sus nuevos dotes de Ministro de la Producción. Con razón se dice que será un gabinete más técnico, menos político y nada ideologizado, expresiones que lo afirman y reafirman el Presidente de la República y su Premier del Consejo de Ministros. Es cierto que del nacionalismo de Humala, nunca se dijo si era de izquierda o de derecha, simplemente nacionalismo, hoy podemos vislumbrar que significa eso de nacionalismo.
La derechización y la militarización de la gestión Humala, son los nuevos componentes que entran en el debate de analistas políticos tras la resolución de la primera crisis Acertado o no, la realidad se encargará de despejar más temprano que tarde. Lo cierto, es que el ala progresista que se conocía estaba presente en el gabinete Lerner, fue expectorado.
El otro escenario de recomposición, qué duda cabe, será en el Congreso de la República, pues la bancada de Gana Perú, también cuenta con esa ala progresista que, seguro, tomará una definición frente a los nuevos acontecimientos, al igual que la bancada Perú posibilista, es probable tome su propia agenda, y otras bancadas perdedoras en las últimas elecciones puedan constituirse en los nuevos aliados del oficialismo, pues como dice el periodista César Hildebrand, los perdedores de las elecciones, son en verdad los ganadores a la hora de gobernar.
Queda al pueblo peruano, al pueblo de abajo seguir resistiendo porque hay razones más que suficientes para continuar luchando en defensa de la vida, en defensa del agua y por un futuro mejor.
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