viernes, 18 de mayo de 2012

LOS PRIMEROS AÑOS DE LA CIUDAD DE HUAMANGA


AYACUCHO: HISTORIA E IDENTIDAD CULTURAL (N°. 04 -2012)

LOS PRIMEROS AÑOS DE LA CIUDAD DE HUAMANGA
                                                                                                          AUTOR: SECAS 

Luego de la fundación de la ciudad, aquel 25 de abril de 1540, se entregaron solares a los fundadores y otros vecinos, hasta el año 1547, según precisa el Libro del Cabildo de la nueva ciudad, que corre de 1539 a 1547. Es así como Fray Tomás  de San Martín, Provincial y Regente de la Orden de los Dominicos solicitó cuatro solares para la edificación del Convento respectivo.

El comportamiento de los fundadores de la ciudad durante las primeras décadas, según Jaime Urrutia, seguirá los vaivenes de las guerras civiles entre conquistadores, y de estos con el poder real: de pizarristas se convertirán en almagristas y muy rápidamente devendrán realistas. Los conquistadores tenían, pues, una voracidad por obtener solares, encomiendas y mitas.

En nombre de su majestad se realizó el trazo de la plaza y las calles de la nueva ciudad y, luego, en medio de la recién trazada plaza, se hincó una picota, símbolo e instrumento de justicia, donde deberían ser castigados quienes en  adelante delinquieran. A los pocos días, los vecinos principales elegían al primer alguacil, en la persona de Dn. Hernán García C., y se pregonaron las ordenanzas a las que había de ajustarse el doblamiento de esta Villa… El 5 de octubre de 1540, estaban nombrados ya los alcaldes y regidores.

Tras la fundación y la tranquilidad en que se desenvolvía la población, de repente esa tranquilidad se vio alterada y conmovida el 20 de marzo de 1541, cuando se anunciaba “ la inminente entrada del Inca Manco, quién con su poderosos ejército, se decía, estaba ya en camino sobre esta Villa. Se aprestó una rápida movilización. El capitán Francisco de Cárdenas con 20 españoles, armados con ballestas y arcabuces y dos mil indios, salieron a resistir el ataque, que no se produjo.

Los historiadores afirman que la ciudad se asemejaba bastante a Granada, Córdova, Ávila y Sevilla, de donde fueron originarios sus primeros pobladores. Al echar raíces en el lugar, ellos trataron de hacer sus casas al estilo de su tierra, y resultaron tan buenas como afirma Cieza de León.: “ Allí se han edificado las mayores y mejores casas que hay en el Perú, todas de piedra, ladrillo y teja, con grandes torres, de manera que no falta aposento…

Actualmente, aún podemos enorgullecernos de poseer algunas edificaciones de una tipología arquitectónica envidiable, bienes culturales que en los últimos años han sido restaurados y reconstruidos. Las futuras generaciones y los jóvenes de hoy, deben formarse a partir de la memoria colectiva de nuestros antepasados, por ello requerimos de programas de fortalecimiento de nuestra identidad cultural, donde se resalte nuestro patrimonio cultural arquitectónico y donde se consolide una verdadera identificación y reencuentro con nuestro pasado.

Lamentablemente, hoy tenemos que aceptar también que tenemos una ciudad desordenada, con servicios básicos cada vez más insuficientes y deficientes. Nuestra población, a raíz de los problemas socio políticos, vive en hacinamiento y con muestras de exclusión e inequidad; asimismo percibimos diariamente una secuela de violencia e inseguridad ciudadana, problemas que no atañen sólo a las autoridades sino a la población en general. La coyuntura actual nos obliga a dejar de ser fatalistas y constituirnos en elementos proactivos y emprendedores, decididos al cambio, a trabajar por el desarrollo y el progreso. Sabemos que el camino es difícil; empero, es el momento de asumir el reto y empezar a recorrerlo. Para este propósito requerimos del compromiso de nuestras autoridades, de su trabajo transparente, participativo, visionario, honrado y exento de corrupción y  protagonismos, de probada capacidad e idoneidad, con valores éticos y morales, y comprometidos con nuestro desarrollo y bienestar individual  y colectivo, que finalmente es el fin supremo de nuestras sociedades.

Referencias Bibliografícas:

- Virgilio Galdo Gutiérrez: “Ayacucho: Conflictos y Pobreza”.

- F. Silva Santisteban: “Apuntes para la Historia de Ayacucho”, Revista del Centro de Estudios Históricos Regionales del departamento, Nro.31.

1 comentario:

Hugo Piedra dijo...

El agradecimiento a la empresa privada y extranjera por poner el ojo en la "puesta en valor y reconstrucción" de nuestras casonas que son patrimonio de los Ayacuchanos. Sigamos vendiendo nuestros balcones y casonas que se caen a pedazos ante la indiferencia y abandono de autoridades y población en general. no nos extrañe ver pronto una de estas tiendas "fashion" en algunas de estas casas que nos han hecho el favor de restaurarlas los tan buenos "Belgas".