jueves, 3 de mayo de 2012

¡HASTA SIEMPRE! ... RIGOBERTO GARCIA




Gudelia Machaca Calle           
 Ser líder social no es una simple postura, sino un compromiso, una opción, una responsabilidad, una obligación que uno asume respondiendo a una necesidad histórica. No hay mejor definición que esa para calificar lo que fue durante toda su vida el profesor Rigoberto García Ortega, quien acaba de dejarnos físicamente. Por eso dicen que cuando un líder muere, nunca muere. Estoy segura que eso ocurrirá con Rigoberto García, porque será imposible que el pueblo de Ayacucho no lo eche de menos en todas y cada una de sus jornadas de lucha y, por supuesto, también en sus logros y victorias.
Rigoberto García, cuando asumió esa opción, había decidido entregar su vida a la causa del pueblo, porque un líder social, es eso: entrega su vida a una causa común, a las causas justas del pueblo, incluso a costa de su familia. Por eso, no era raro verlo en todas las justas demandas y con todos cuantos tenían porqué alzar su voz de protesta o porqué movilizarse en las calles, aun en los peores momentos de violencia política que nos tocó vivir y exigir reivindicaciones, no como concesiones de los gobernantes, sino como justos derechos.
Rigoberto García había asumido una forma de vida que significaba actuar de acuerdo a principios y valores éticos, y ese reconocimiento no le pueden mezquinar ni sus más acérrimos detractores; sólo un hombre con esa forma de vida despierta las reacciones de afecto, solidaridad, respeto y admiración.
Rigoberto García, nos ha dejado la tarea de fortalecer las organizaciones sociales de base y la capacidad de unirnos cuando se tenga que luchar por un objetivo común. También nos ha enseñado que el pueblo organizado, debe gobernarse a través de sus mejores hijos para trabajar por el desarrollo de nuestra región y de nuestro país. No más improvisados que lo único que tienen es su poder económico o las malas artes para erigirse autoridades, engatusando a los electores con promesas que nunca las cumplen.
Rigoberto García, no pretendía llegar al poder del gobierno local por el simple hecho de convertirse en un burócrata más, o por satisfacer un ego personal o hacer riqueza mal habida; era la evolución del líder social para concretar su sueño de justicia, desarrollo, porque los líderes sociales tienen sueños, utopías, esperanzas y convicciones de transformar la sociedad. Se requieren de líderes sociales para alcanzar la utopía de un mundo más justo y próspero.
Rigoberto García, había recibido “n” invitaciones para ocupar tal o cual cargo de confianza en la Administración Pública, incluso ser parte de una plancha congresal, pero nunca los aceptó, porque quienes le ofrecían o su entorno, no guardaban coherencia con sus principios y valores éticos. Sólo un hombre íntegro es capaz de decir no en esas circunstancias; en él no se cumplía el dicho que “todos tienen precio”.
Chico Méndes, un joven líder de la Amazonía brasileña, tenaz luchador por la defensa de la Amazonía, dijo poco antes de ser asesinado “Si descendiese un enviado de los cielos y me garantizase que mi muerte facilitaría nuestra lucha, hasta valdría la pena morir. Pero la experiencia me enseña lo contrario. Las manifestaciones o los entierros no salvarán la Amazonía. Quiero vivir”. Lo cierto es que después de su muerte la destrucción de la Amazonía y la violación de derechos humanos, despertó la atención internacional y posibilitó que, por lo menos, se crearan algunas reservas y hasta ahora la lucha en defensa de la Amazonía, continua. Entonces su muerte sí tuvo razón de ser. Premonitoriamente, Rigoberto García, había dejado su última voluntad para que sus restos sean cremados, será porque estaba convencido, que un multitudinario entierro y discursos de los más variados, que sin duda pudo haber sido si se producía tal acontecimiento, no iban a resolver los problemas de Ayacucho, porque seguiría la corrupción, la injusticia, la violación de derechos humanos, y todas las lacras de este sistema, a las que siempre fustigo con energía y con ardor.
Que, la muerte física de Rigoberto García, sea una lección y ejemplo de vida como líder social, político y como no como padre y esposo.
Profesor Rigoberto García Ortega ¡DESCANSA EN PAZ!

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