Gudelia Machaca Calle
No
son las siete plagas que trata la Biblia, pero sin son las siete calumnias de
la burguesía contra el comunismo que se expanden a nivel mundial y los
encargados de hacerlo son los ideólogos del sistema capitalista y su modelo
neoliberal como parte de la lucha ideológica entre el capitalismo y el
socialismo.
A
propósito de los 194 años de nacimiento de Carlos Marx, que se recordó el
pasado 5 de mayo, es oportuno compartir con los lectores, un artículo escrito
por Nelson Lombana Silva, respecto a las calumnias de la burguesía contra el comunismo,
ahora que en estos últimos tiempos se ha vuelto a hablar de Marx.
Lombana,
entre otras reflexiones empieza diciendo: “La relectura detallada del
manifiesto comunista, escrito por Carlos Marx y Federico Engels, permite
entender en toda su dimensión la lucha ideológica entre el capitalismo en su
decadencia y el socialismo en su surgimiento, con todos sus reveses que ha
tenido, pero que sigue siendo la opción para millones de seres humanos vilmente
explotados y engañados… El marxismo-leninismo y los aportes adicionales a
través de la historia confirman la posibilidad de la humanidad alcanzar en su
totalidad esta utopía…”
Una
de las expresiones de la lucha ideológica a que hace referencia Lombana, son
las siete calumnias de la burguesía contra el comunismo, que se resumen en: Que
el comunismo es sinónimo de abolición de la propiedad privada, el comunismo no
respeta ni la personalidad ni la libertad, en el comunismo reina la
holgazanería, el comunismo aniquilará la cultura, el comunismo abolirá la
familia, la patria, la nacionalidad, la religión y la moral. Siete calumnias
que han sido respondidas por Marx y Engels en el Manifiesto Comunista, porque
las calumnias no son de ahora, sino desde cuando estaban vivos y actualmente todos
los días se presentan con mayor fuerza.
Lombana,
desarrolla así las 7 calumnias: “Se nos reprocha a los comunistas el querer
abolir la propiedad personalmente adquirida, fruto del trabajo propio, esa
propiedad que forma la base de toda libertad, de toda actividad de toda
independencia individual…” La respuesta la dan el propio Marx y Engels “No
tenemos que abolirla… En la sociedad burguesa el capital es independiente y
tiene personalidad, mientras que el individuo que trabaja no tiene ni
independencia ni personalidad” Lombana, agrega “La propiedad personal y
conseguida con el trabajo es sagrada y nadie tiene porque apoderarse de ella en
el socialismo, pero en cambio sí sucede a diario en el capitalismo. El diablo
juzga por su condición, señala el adagio popular”.
La
segunda calumnia, que el comunismo no respeta ni la personalidad ni la
libertad, Marx y Engels remarcan: “En la sociedad burguesa el capital es
independiente y tiene personalidad, mientras que el individuo que trabaja no
tiene ni independencia ni personalidad”, y Lombana precisa: “Se trata
efectivamente de abolir la personalidad burguesa, la independencia burguesa y
la libertad burguesa. Por libertad en las condiciones actuales de la producción
burguesa, se entiende la libertad de comercio, la libertad de comprar y
vender…esa supuesta libertad… es virtual, imaginaria, no es real para el pueblo”.
En
el comunismo reina la holgazanería, porque en este sistema los hombres dejan de
trabajar, es otra de las calumnias, más aberrantes, y veamos como lo aborda
esta calumnia: “… Causa hilaridad esta
calumnia, pero dejemos que sean Marx y Engels los que respondan: “Se ha
objetado que con la abolición de la propiedad privada cesaría toda actividad y
sobrevendría una indolencia general. Si así fuese, hace mucho tiempo que la
sociedad burguesa habría sucumbido a manos de la holgazanería. Puesto que en
ella los que trabajan no adquieren y los que adquieren no trabajan” … Lombana
agrega: “El trabajo es el verdadero creador del ser humano, por eso en el
socialismo será una necesidad prioritaria, la diferencia es que no será un
trabajo alienante y será dignamente remunerado”.
Con
relación a las otras calumnias que el comunismo abolirá la cultura, la familia,
la patria, la nacionalidad, la religión y la moral, podemos resumir señalando que
lo que quedará abolida es la cultura de la burguesía y florecerá la cultura
popular del pueblo, aquella que se encuentra minimizada, vapuleada e ignorada.
Asimismo, la familia burguesa que descansa en el capital, en el lucro privado,
pasará a ser en el socialismo el puntal básico para el proceso de la
humanización, y no como ahora donde los hogares se destruyen a diario por falta
de recursos económicos y por falta de solidaridad; y la patria, la
nacionalidad, debemos entender que en la misma medida en que sea abolida la
explotación de un individuo por otro, será abolida la explotación de una nación
por otra, y no como sucede ahora que por la voracidad del dinero se entrega la
soberanía y la dignidad de la patria al capital imperialista. Esto último es
que estamos viviendo a lo largo y ancho del país con la explotación de nuestros
recursos naturales; y haber abordado el tema, por ningún motivo es ser terrorista.
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