Necías E. Taquiri Y.
En el
Perú de hoy –democrático, como se define en todas sus normas y documentos, con
irrestricto respeto a los derechos humanos, a la libertad de pensamiento, a las
ideas e ideologías, etc.- se puede ser miembro del MOVADEF, o no serlo; del
APRA, o no serlo; de la izquierda; de la derecha y, hasta del fujimorismo; o no
serlo; porque eso es democracia, concurrencia de distintas maneras de ser en la
vida política de los hombres, y no por ello merecer la marginación, persecución, estigmatización ni
encarcelamiento, mucho menos.
En ese sentido, luego que los
abogados Fajardo y Crespo, pusieron entre la espada y la pared al autónomo
Jurado Nacional de Elecciones, con respecto de la inscripción del MOVADEF como
partido político legal, se han registrado reacciones diversas, desde las más
tibias hasta las más calientes; porque, “cómo es posible que aquellos que se
guían por el marxismo-leninismo-maoísmo-pensamiento Gonzalo, quieran ser
partido democrático, y tomar el poder por las elecciones, ya que como Sendero
Luminoso no pudo por las armas…”, en diferentes medios de comunicación, tipo
campaña, con insultos, yéndose por las ramas, y replicando imágenes de archivo,
para influir desprecio y odio por el socialismo, el comunismo y todo aquello
que parezca de izquierda, avance o progreso.
El JNE, antes de la apelación,
inclusive; pero, con mayor seguridad después de esta apelación, con arreglo a
los postulados de la Constitución Política, debió haber inscrito como partido
político al MOVADEF, y colorín, colorado, el cuento habría ya terminado. Pero
no actuó así, pegó el grito al mundo indicando que es el “brazo político de
Sendero Luminoso”, “mascarón de proa” y
provocó que el Poder Político, en clara demostración de injerencia, invente
normas para evitar el cumplimiento de la Constitución.
Lo que olvidan todos, sin
embargo, es que Sendero Luminoso, mejor dicho, el Partido Comunista del Perú,
ya perdió la guerra interna, que la guerra terminó. Que, cercano o distante, el
MOVADEF, con personería, domicilio y demás requisitos, está pidiendo que lo dejen participar en
política, libre y legalmente. Exactamente como exigen las leyes electorales.
Nosotros no somos del MOVADEF,
pero nos gusta su existencia; respetamos sus ideas y lo queremos tener
discutiendo con sus contendientes de derecha, del centro, de los moderados,
etc., para evitar precisamente la tiranía del pensamiento único. Ahora, en el
supuesto de que participen en las elecciones locales, regionales o políticas,
perfecto, que lo hagan y expongan propuestas, alternativas. Si el pueblo no los
ve coherentes, pues, el veredicto del pueblo sabio o del electorado; defina su
acceso al poder, por esa vía, y no por las armas; porque la sola inscripción no
supone que ya sea gobierno.
Basta de enconos, odios,
resentimientos y sedes de venganza, entre hermanos. ¿Cuándo vamos a perdonarnos
mutuamente los peruanos y ponerle fin a la situación de posguerra? En todas
partes del mundo lo han hecho, o están en ese camino, y son países prósperos o
en avanzada: ex combatientes guerrilleros se han convertido hasta en presidentes
de la república (caso Uruguay).
Ahora, si los del MOVADEF quieren legalizarse, que lo hagan, a menos
que prefiramos que, cansados del rechazo, decidan ir al monte, y desde ahí le
declaren la guerra a este sistema. Sus más prominentes líderes han muerto,
están en las cárceles purgando cadena perpetua y los demás, buscados por aire,
mar y tierra, sin partido, sin guerra, sin logística.
Frente al grito de
democratización de la sociedad, partiendo del MOVADEF, que ya es un avance
hacia la reconciliación, renunciando tácitamente a las armas, suponiendo que
algunos de sus miembros hayan tenido vínculos con SL, ¿hay que decirles que no,
como quien pide que sigan siendo subversivos, y con ese argumento proscribirles?
¿No tienen derecho en última instancia a rectificarse, y obrar por el país,
como todos?
1 comentario:
Por encargo de Herbert Morote :
EN CUESTIONES ÉTICAS NO HAY PEROS QUE VALGAN, ES UN ERROR ACEPTAR EN LA DEMOCRACIA A UN MOVIMIENTO QUE PIDE EL INDULTO DE UN ASESINO COMO ABIMAEL GUZMÁN QUE NO SE ARREPIENTE DE SUS CRÍMENES NI PIDE PERDÓN A SUS VÍCTIMAS. HERBERT MOROTE
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