Gudelia Machaca Calle
Cuando
por motivos de investigación, participé en una sesión de curanderismo, esos que
realizan, incluso algunos charlatanes, vi cómo la emoción y la violencia del “chaman”
llegaba al paroxismo extremo, seguro, para darle “realismo” que efectivamente
estaba en contacto con los “dioses del más allá”. Algunos dicen que en esos
momentos, gracias a los brebajes que consumen, sienten que están poseídos,
quien sabe por el demonio o con su “Dios”, por los gritos lastimeros y rabietas
que daba. Quienes participamos en la investigación llegamos a la conclusión
que, todavía hay incautos que se dejan sorprender con actuaciones teatrales
para engatusar a sus eventuales clientes, que de teatrales sí que habían
desarrollado pero para engañar a sus clientes.
Si
el paroxismo del chaman queda en su lúgubre ambiente de curanderismo y por
ganar unos soles hasta se convirtió en aprendiz de artista, el paroxismo de
Wilfredo Oscorima, se incuba en su propia personalidad que se traduce en la
soberbia que encarna y lo traslada a una administración regional que se ha
convertido en la boca del mandatario de donde salen culebras, sapos,
lagartijas, para buscar amedrentar a la prensa que le cuestiona sus actos de
gobierno y en su sano juicio le propone, le plantea alternativas. Seguro, el
sector de trabajadores y funcionarios, sanos del Gobierno Regional de Ayacucho,
deben sentir vergüenza ajena.
La
prensa que, con hidalguía ha recorrido por etapas de violencia socio política,
por etapas de autocracia y autoritarismo, nunca ha de amedrentarse ante las
palabrotas de un mandatario regional que perdió el juicio, se emborrachó con el
poder político efímero, que sumado al poder económico que cuenta, se siente un
reyezuelo y ve con júbilo cómo los de su entorno funcional cuya designación se
lo deben, y un sector de la prensa, otrora crítica de los actos de corrupción,
le rinden pleitesía y se someten a su voluntad. ¡Qué pena por ellos!, ya los
quisiera ver cuando se acabe el “reino” de su amo, como ya los vemos ahora sus
esfuerzos, también, hasta el paroxismo, para legitimar a un gobernante que de
parámetros morales, y éticos no sabe nada, ya sin mencionar de parámetros
legales. Hasta se alejaron de sus colegas, amigos, que juntos luchaban por las
causas del pueblo, y condenaban los actos de corrupción, hija del
neoliberalismo, como una lacra que afecta directamente a los pobres y a toda la
población en la medida que el presupuesto que se nos asigna, no llega como debe
ser al pueblo para resolver sus más sentidas necesidades y miserias y más bien
siguen engrosando sus billeteras y cuentas bancarias de unos cuantos que
aprovechan la administración pública para resolver sus problemas económicos y
asegurar el futuro de sus próximas generaciones.
La
Psicología explica que la soberbia tiene, entre otras, las siguientes
manifestaciones: Rebeldía ante la obediencia; autoritarismo al mandar; envidia
de los valores de otros; crítica de los envidiados; creen que hasta Dios está a
su servicio; en sus relaciones sociales, tienen tendencia a tener pocos amigos
y sometimiento de los mismos a la voluntad propia; permanente agresión en las
actividades que realiza. La soberbia en
las autoridades, efectivamente, los convierte en tiranos y autoritarios cuando
de mandar se trata; y la soberbia en los periodistas es la peor enfermedad que
puede atacar, porque consideran que ellos son los únicos abanderados de la
opinión pública, cuando, en verdad, ya perdieron toda credibilidad, toda
consideración social, y así se van quedando solos en su mundo.
Ni
prensa asesina, ni prensa enemiga, señor Presidente, la dignidad es un valor
humano que no puede negociarse ni por todo el oro del mundo; pero qué le voy a
hablar de dignidad, de integridad, de solvencia moral; mejor le recuerdo a
usted, a sus funcionarios y a sus periodistas, que muy bien se comportaron en
el momento del besamanos luego del show en el Parque de las banderas, que
seguiremos en la misma ruta, y le recuerdo además, señor Presidente, que la
verdadera emergencia se está viviendo en el agro, como en el Distrito de
Acocro, Chiara y aledaños, donde hay granizadas, heladas permanentes, y los
pobladores están pidiendo a gritos ayuda en foliares, hormonas, aminoácidos
para salvar su cosecha, pero como su fijación está en hacer grandes negocios
con empresas como Ferreyros exonerando procesos de selección con una falsa
emergencia vial para comprar maquinarias, ni por asomo se preocupa de las
verdaderas emergencias en el agro, donde nuestros campesinos invierten su
platita y por efectos de la naturaleza lo pierden todo si no reciben ayuda
inmediata, y allí señor Presidente, no se resuelve la emergencia del agro con
maquinarias pesadas, salvo que a las chacras de nuestros campesinos, quiera
aplanarlos con sus cargadores frontales o rodillos y muerto el perro muerta la
rabia para que no le reclamen. No sería raro, señor Presidente, que a sus
consejeros les pida que declaren en emergencia a Acocro, pues, como no tienen
ningún plan de contingencias, menos un plan de prevención de desastres en
temporadas de lluvia, todo puede pasar en una GESTION REGIONAL EN EMERGENCIA.
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