lunes, 9 de enero de 2012

LA FUERZA BELIGERANTE Y POLEMICA DEL PERIODISMO



Gudelia Machaca Calle

¿Cuál es el papel del periodismo?. La respuesta clásica es: informar, educar y entretener. ¿Es solo eso el periodismo, o es mucho más?. Si la faceta de periodista de José Carlos Mariátegui, es poco conocida, lo es mucho más, la faceta de periodista de Carlos Marx, autor de El Capital. Qué mejor recurrir a ambos personajes para entender el papel del periodismo, ahora que se habla de prensa mezquina, prensa chicha, prensa vendida, prensa oficialista, prensa gobiernista, amén de otros adjetivos que al que le caiga el guante que se lo chante.

En el libro Marx y Marxismo Crítico en el Siglo XXI, edición diciembre 2011, Rémedis Rosales, escribe un capítulo referido a Marx en su faceta de periodista, que coincide en muchos aspectos con la de Mariátegui. Si Mariátegui se definió como una fuerza beligerante y polémica, que no le hacía ninguna concesión al criterio generalmente falaz de la tolerancia de las ideas, porque para él habían ideas buenas e ideas malas; para Carlos Marx, el principio básico del periodista debe ser, la vinculación con el pueblo y una actitud crítica y polémica, pues para Marx la prensa es la expresión del espíritu del pueblo, no la expresión de la burguesía ni de sus gobernantes. Para Marx, la prensa debe ser siempre el ojo vigilante del espíritu del pueblo, la confianza materializada de un pueblo en sí mismo y no la confianza del gobernante de turno.

Marx, según el autor, propuso un periodismo revolucionario, una prensa liberadora, Marx fue categórico al señalar que “… todo medio informativo expresa un modo de percibir o enjuiciar la realidad, proyecta una posición política frente a los hechos y quiérase o no, se vuelve parcial; de esta forma, el ejercicio periodístico incide en la formación de criterios y, por tanto, en la conciencia social y en el mantenimiento o modificación de las estructuras de poder” (Mar y Marxismo Crítico en el Siglo XXI. Pag. 334). Y para que no quepe ninguna duda que el periodismo debe ser vigilante de la COSA PUBLICA, denunciando cuando haya que hacer, Marx, a través de la Gaceta Remana y otros medios, fue permanente crítico de los malos manejos en el sector público de su tiempo, con un análisis profundo de cada acontecimiento, periodismo de investigación como conocemos ahora, viendo sus causas y efectos, las consecuencias de cada acto del gobernante.

Entonces, ¿dónde queda la fofa definición de que el periodismo es sólo informar, educar y entretener?, o ¿dónde queda eso otro manido discurso que el periodismo debe ser concesivo con el gobernante, legitimando cada uno de sus actos?; obvio, es una aspiración de los gobernantes y sus seguidores oficiales u oficiosos que quisieran que la prensa no sea crítica, beligerante ni polémica, sino mas bien cumpla una función legitimadora de su gobierno, un instrumento para mantener el orden imperante, el statu quo. Por lo mismo que las esferas del poder, hasta se han apropiado, la han transformado, como dice Julio Muñoz Rubio, la palabra tolerancia que en sí mismo encierra un criterio de valor, pero apropiada y transformada por esas esferas del poder, se ha convertido en algo que supone el deber de soportar cualquier expresión de autoritarismo. Recurriendo a argumentos relativistas, propios del posmodernismo, expresión del neoliberalismo, atacan cualquier discrepancia o disidencia; pues sostienen que debemos ser tolerantes y respetar cualquier idea y no confrontarlas. A donde quieren conducirnos con este discurso es hacernos creer, como dice Julio Muñoz, que no existe ningún parámetro para juzgar como más verdadero o moralmente aceptable a ninguna proposición o punto de vista. Quienes así piensan desconocen o quieren negar una de las características de la ciencia, cual es, que puede determinar verdades, que puede al menos señalar los probables caminos en dirección a la verdad, que puede corregir errores y mostrar falsedades.

En el prólogo del libro Marx y Marxismo del Siglo XXI, nos advierte que es un grave peligro que los discursos posmodernos infesten la conciencia social, pues al relativizar todo, “… niegan la verdad objetiva y encima la desacreditan,… Con descaro y cinismo afirman que “creer firmemente en algo y dar la cara por ella buscando hacerla valer con la fuerza de la razón, es una actitud de fanáticos…. – dicen – la verdad objetiva no existe, es fruto de cada espiritualidad. Cada uno formula su verdad basándose en su experiencia primaria. La verdad se crea por conveniencia y de acuerdo a cada uno” Rorty. Así, tergiversan el principio de la relatividad del conocimiento humano, como expresión del carácter inacabado de la ciencia o el hecho de que la materia está en constante desarrollo.

Como debemos ser tolerantes, según los posmodernos, debemos aceptar, por ejemplo, expresiones del Presidente regional Oscorima, y sus legitimadores de su gobierno, que la autonomía del Gobierno Regional, en los asuntos de su competencia, le permite hacer lo que les venga en gana, desconocer y zurrarse en normas que garantizan el manejo transparente de los recursos que deben beneficiar al pueblo, para que no terminen en bolsillos ajenos. Nos quieren hacer olvidar que hay leyes que el pueblo las ha arrancado en largas jornadas de lucha y como tales debemos enarbolarlas, lo que sí es cierto es que es el estado burgués, está protegido por un ejército y sus leyes, principalmente de carácter penal que les permite incluso criminalizar la protesta popular, empero en ese frondoso sistema legal, reitero, hay leyes que el estado burgués no las ha dado como una concesión, sino son producto de grandes jornadas de luchas protagonizadas por el pueblo organizado, para arrancar y preservar sus derechos.

Como el marxismo nos enseña actuar en cada situación concreta, debemos ser enfáticos al señalar que los legitimadores del gobernante regional, son los mismos que legitimaron en la gestión Molina, la desesperada misión de finiquitar como sea (con expediente “chancado”, pesimamente elaborado y con visos de corrupción) la firma del contrato con el Consorcio Hospitalario para la ejecución del proyecto fortalecimiento de la capacidad resolutiva del Hospital Regional de Ayacucho, inclusive con la exoneración del proceso de selección para el Supervisor, y ¿qué paso luego? Lo que todos sabemos, el OSCE ordenó se anule por ilegal, y al haberse quedado sin Supervisor, la actual gestión, con los legitimadores en el poder, a pesar de las irregularidades e ilegalidades, permitieron se trajeran abajo la infraestructura del Hospital, y ¿qué tenemos ahora? Lo que todos condenamos, un Hospital en ruinas, con un proceso de arbitraje en curso y con probabilidades de perderlo. En el tema de la ilegal exoneración del proceso de selección por una inexistente situación de emergencia para adquirir maquinarias por veinte millones de nuevos soles,, la historia se repite, por un lado, los mismos legitimadores y por el otro, somos los mismos que, en cumplimiento a nuestro rol fiscalizador y propositivo y no sólo la crítica por la crítica, alertamos se actúe con rectitud, transparencia y alto sentido de responsabilidad de una gestión pública, para impedir que el pueblo ayacuchano sea una vez más perjudicado, pero la insensatez pesa más que la razón en un Gobierno Regional y su grupo de consejeros que están cavando su propia tumba.

La práctica es el único criterio de verdad, y aquí la práctica da la razón a los periodistas de la CASA DE LA COMUNICACION, pese a quien le pese.

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