Necías E. Taquiri Y.
Ayer empezó la carrera electoral en la Universidad de Huamanga. Fue con la presentación de las distintas listas por distintas categorías profesorales a la Asamblea Universitaria, “máximo órgano de gobierno” de la institución. Para conformarlas, muchos expertos han tenido que desplegar sus máximas habilidades –entiéndase ‘máximas ofertas’-, a fin de que, luego del éxito electoral, los que pasen a ser miembros de la Asamblea, se conviertan también en dependientes sumisos de la voluntad de sus ‘armadores’.
Lo particular de esta Asamblea Universitaria, a diferencia de la que va a cesar pronto y no tuvo por función ningún protagonismo, es que seguirá siendo electoral, en el real y extendido sentido de la palabra, porque elegirá a sus ‘verdaderas’ máximas autoridades: rector y vicerrectores. En consecuencia, a ese nivel de ‘órgano’ han tenido la misión de llevar, no tanto a los mejor preparados y mejor dispuestos a cambiar el curso rutinario de la Casa de Castilla y Zamora, sino a los que saben obedecer, sin chistar, sin pestañear y sin preguntar, y votar como les indican los correspondientes ‘cocineros’. Nos disculpan las pocas excepciones.
Así fue como hemos visto que se desarrollaron las cuatro o cinco últimas elecciones universitarias, que por cierto se alejaron de las orientaciones de sus mejores mentores como los doctores Romero Pintado y Morote Best: “Un proceso electoral breve, tranquilo, pulcro, serio, conduce, necesariamente al voto de conciencia y no al de consigna, a la elección de los capaces, sin más exigencias que aquellas cuatro indispensables en un verdadero hombre de Universidad: sabiduría, honradez, diligencia y fortaleza, prendas que si no son parte, en su totalidad, del patrimonio de los actuales gobernantes, deben buscarse en los venideros”.
Las actuales elecciones universitarias están realmente enrarecidas, por no decir palabras más fuertes (como lo advertía el Dr. Morote en su honorable discurso pronunciado con motivo de los 9 años de reapertura de la Universidad), porque no solamente las manipulan los que no quieren soltar el poder para beneficiar a los suyos (tanto como descaradamente consuman todos los años), sino que “originan, con lamentable frecuencia, insoportables inmiscusiones de personas extrauniversitarias, de grupos, de partidos, de confesiones, de sectas…”, y así “alientan las tensiones, la formación de bandos irreconciliables que, luego, se convierten, instantáneamente, en grupos de vencedores y vencidos. La armonía institucional se quiebra, la posibilidad de colaboración corporativa en todas las obras descaece, se abren heridas que no cicatrizan jamás y que, más bien, corren el peligro de convertirse en pústulas mortales”.
Qué premonición, qué acierto, cuánta ciencia, en las palabras que transcribimos. Y aunque los mencionados rectores, que en sus correspondientes gestiones convirtieron a la Universidad de Huamanga en referentes nacionales, no previnieron que a punta de juicios se harían de cargos, plazas y ‘bendiciones’ los nuevos dueños de la Universidad; pero, acertaron totalmente cuando dijeron que las campañas largas, los petitorios, las ofertas o las demandas (como si la Universidad fuera una mercancía más), no llevan sino a asegurar que con este estilo, salga quien salga de rector o de vicerrectores, la suerte de la Universidad se irá a la muerte académica, a la pérdida del liderazgo de antaño y a la caja de multiplicación de favores.
Un mecanismo alternativo, aunque no definitivo, para evitar transitoriamente la asquerosa compra y venta de los votos en procesos electorales universitarios, sería el voto universal. Que los 9 mil estudiantes, que los 500 docentes y los egresados organizados elijan a los mejores. Para tantos no daría la mafia, ni candidato alguno tendría capacidad de ‘obsequiarles’ tantas computadoras a tantos electores. Porque la garantía final sería una segunda reforma universitaria, donde autoridades incapaces y funcionarios corruptos y peones baratos y docentes mediocres, no solo tendrían las puertas cerradas, sino que si hubiesen entrado por favores saldrían botados a puntapiés. Esa etapa volverá después de esta crisis, con algo de paciencia. Por lo pronto, de esa suerte de corral electorero en que quieren convertir la próxima Asamblea Universitaria, es poco o nada lo que puede esperar la comunidad ayacuchana. Apuesto doble contra sencillo que así será. (Publicado en La Calle, 23 Setiembre 2008).
1 comentario:
Hace tiempo se espera es voto universal, lo que hay que ver ahora es como implementar. Pero con tantos corruptos y anti académicos eso va demorar. Por el momento, generar conciencia seria un buen paso como lo intenta nuestro amigo Necias.
Oswaldo Morales.
Ilha Solteira,03 noviembre de de 2011.
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