martes, 26 de julio de 2011

EL CINISMO , COMO BANDERA DE LA DESVERGÜENZA

EL CINISMO, COMO BANDERA DE LA DESVERGÜENZA


Necías E. Taquiri Y.

El cinismo es –según el diccionario- sinónimo de descaro, desfachatez, desvergüenza, falsedad, hipocresía y doblez; y, cínico es, en cambio, aquel que puede “identificarse –fácilmente- con el perro, por la sencillez y desfachatez de la vida canina. Existían cínicos en todos los tiempos, pero en ellos se cumple un fenómeno genético parecido al de los mongolitos, que los hace inconfundibles, aunque funjan o ejerzan la alcaldía municipal o estén ganándose la vida, cambiando de bancada cada semana, como congresista. De modo que, en eso, los cínicos y los perros son más que gemelos.

Según Teostrato, un cínico es: “un hombre que maldice y tiene una reputación deplorable. Es sucio, bebe y nunca está en ayunas. Cuando puede hacerlo, estafa y golpea a quienes descubren el engaño antes de que puedan denunciarlo”. Ninguna actividad le repugna: será patrón de una taberna y, si es necesario, encargado de un burdel, pregonero, e incluso, si se quiere, recaudador de impuestos. Ladrón, habituado a las comisarías y a los guardias civiles, a menudo se lo encuentra locuaz, en la plaza pública, a menos que se convierta en abogado de todas las causas, aunque sean las más indefendibles. Prestamista con fianza, tiene además la soberbia de un famoso y no cuesta mucho imaginarlo. Para completar el cuadro, no olvidemos que el cínico deja sin sentir vergüenza que su madre se muera de hambre… ”.

 Nosotros añadimos que, un cínico es el que habiéndose dado cuenta de todo lo malo que ha dicho o hecho, por el complejo que tiene, de poseer un poder superior a la de cualquier conciudadano, nunca declina, nunca flexiona ni reflexiona, no conoce de disculpas, jamás pide perdón y, supuestamente, hasta no se molesta, es ‘decente’, gamonal, capataz, faltando nomás que use casco o corbata en plena misa, para en lugar de hacer venias con la cabeza (que en sí es un gesto de flexión y reflexión), sacarse el sombrero y ventear con sus alas, como quien dice: “no me molesten mosquitos”.

“El cinismo es una de las manifestaciones más radicales de la filosofía y también de las más incomprendidas, los cínicos consideran que la forma de vivir es parte fundamental de la filosofía e inseparable de su manera de pensar. Sin embargo, no todos los integrantes de este movimiento tienen las mismas actitudes externas ni los mismos comportamientos, por lo que a veces se habla de filosofía cínica, otras veces de actitud cínica y otras simplemente de locura”. Algunas dotes de filosofía –pero de la vertiente del cinismo- deben tener por ejemplo, algunos que mantienen la misma actitud en el asunto del Terminal Terrestre, no obstante haberse constatado que lo que hizo Martinelli es haber entregado un bien nuestro a una transnacional ávida solo de engordar sus vacas gordas, con nuestra plata.

Ustedes lo recordarán: Le dijeron ladrón, y él, ni chis ni mus; le gritaron “rata”, y él, ni un parpadeo para sentirse aludido. Entonces las masas, bandera en mano, le exigieron que se retire, que abandone, que huya, que se salve de mayores afrentas; pero, él, con su santa filosofía: “buenos días, señor; mire, nadie como yo para hacerles el bien y gracias por venir hacia mí, así en masa, y felicitarme”.

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