Mensaje
en el Día Internacional de la Mujer
8 de
marzo de 2012
«Invirtiendo en las
mujeres rurales; eliminando la discriminación de que son objeto en la
legislación y en la práctica; asegurando que las políticas respondan a sus
necesidades; brindándoles acceso en pie de igualdad a los recursos y
proporcionándoles una función que desempeñar en la adopción de decisiones.»
Secretario General ONU , Ban Ki-moon
La
igualdad entre los géneros y el empoderamiento de la mujer están ganando
terreno en todo el mundo. Son más las Jefas de Estado o de Gobierno que nunca
antes y hay una mayor proporción de mujeres que ocupan cargos de ministro en
los gobiernos. Las mujeres ejercen cada vez más influencia en el mundo de los
negocios. Son más las niñas que asisten a la escuela y que crecen con un mejor
nivel de salud y en mejores condiciones de realizar su potencial.
Pese a este impulso, falta mucho para que pueda decirse que las
mujeres y las niñas gozan de los derechos fundamentales, la libertad y la
dignidad que son su derecho de nacimiento y que garantizarán su bienestar. Esto
es más evidente en las zonas rurales del mundo. Las mujeres y niñas de estas
zonas, a quienes está dedicado este Día Internacional de la Mujer, componen la
cuarta parte de la población del mundo, pero suelen ocupar los puestos más
bajos en todos los indicadores económicos, sociales y culturales, desde los
ingresos y la educación hasta la salud y la participación en la toma de
decisiones.
Las mujeres rurales, que suman casi 500 millones de pequeñas
agricultoras y trabajadoras sin tierra, constituyen una parte importante de la
mano de obra agrícola. Desempeñan la mayor parte de la labor no remunerada de
cuidado de personas en las zonas rurales. Sin embargo, las mujeres rurales
siguen sin poder alcanzar su potencial. Si pudieran acceder en condiciones de
igualdad a los recursos productivos, el rendimiento agrícola aumentaría un 4%,
reforzando la seguridad alimentaria y de la nutrición y rescatando del hambre a
150 millones de personas. Si tuvieran la oportunidad, las mujeres rurales
también podrían ayudar a poner fin a la tragedia oculta en el ámbito del
desarrollo del retraso del crecimiento, que afecta a casi 200 millones de niños
en todo el mundo.
Las leyes y prácticas discriminatorias no perjudican solamente a
las mujeres, sino a comunidades y naciones enteras. Los países donde las
mujeres carecen de derechos a la propiedad de la tierra o de acceso a créditos
tienen un número significativamente mayor de niños desnutridos. No tiene
sentido que las mujeres agricultoras reciban solamente un 5% de los servicios
de extensión agraria. La inversión en las mujeres rurales es una inversión
inteligente en el desarrollo de una nación.
El sufrimiento de las mujeres y niñas rurales del mundo es un
reflejo del de las mujeres y niñas en toda la sociedad, desde la persistencia
del techo de cristal hasta la penetrante violencia en el hogar, en el trabajo y
en situaciones de conflicto; desde la asignación de prioridad a los hijos
varones en la educación hasta los cientos de miles de mujeres que mueren cada
año al dar vida por falta de atención obstétrica básica. Incluso en los países
con el mejor historial se mantiene la disparidad entre ambos sexos en la
remuneración por igual trabajo y las mujeres continúan estando
insuficientemente representadas en la adopción de decisiones políticas y de
negocios.
En este Día Internacional de la Mujer, insto a los gobiernos, la
sociedad civil y el sector privado a que se comprometan a alcanzar la igualdad
entre los géneros y el empoderamiento de la mujer, que es un derecho humano
fundamental y una fuerza que beneficia a todos. La energía, el talento y la
fuerza de las mujeres y las niñas son el recurso natural no aprovechado más
valioso de la humanidad.
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