jueves, 23 de febrero de 2012

¿POR LA DERECHA O POR LA IZQUIERDA?



Necías E. Taquiri Y.

Con la finalidad de analizar el ‘socialismo bolivariano’, el de Chávez, dos de sus compatriotas –los escritores Freddy Muñoz y Américo Martín- han publicado un interesante aunque polémico libro que, como ‘La cuarta espada’ de Santiago Roncagliolo en Perú, pone en la cresta del interés, el verdadero nivel de comprensión (o incomprensión) que tienen Chávez y autores sobre el socialismo. “Socialismo del siglo XXI”, se llama el libro, y se vende como pan caliente allá y en los países donde el hambre del socialismo se satisface con mucha lectura y algunas investigaciones.

La preocupación de los lectores/analistas de la prensa latinoamericana, y de los politólogos más diversos que ven con interés el derrotero de Hugo Chávez, para en seguida pronosticar el futuro más inmediato de Venezuela con este ‘socialismo’, o lo que le ocurrirá al mundo cuando el capitalismo haya concluido su ciclo -optándose por el socialismo, irremediablemente, aunque pasen muchos años-, podría resumirse en la pregunta: ¿por cuál socialismo, de entre los cientos que existen en el mundo con ese nombre y con peculiaridades específicas?
Muertos Marx, Lenin, Stalin o Mao, conocidos ‘como los clásicos’, y sus países enrumbados por los caminos del revisionismo, modernismo o posmodernismo, del eclecticismo o de la vuelta al capitalismo, por un lado, y arrinconado Fidel (por el imperialismo, por la edad y la enfermedad), el único que se erige como el ‘líder del socialismo’ (por auto-calificación) es el presidente Hugo Chávez, de Venezuela. Bachelet no dijo que lo fuera o que quisiera; Lula, tampoco; Evo, menos; ni Kirschner, Duarte, Correa, a pesar de haberse declarado socialistas en sus correspondientes procesos electorales, y haber ganado votos para conseguir el poder, gracias a los programas socialistas que ofrecieron.
El de Chávez, en consecuencia, es un socialismo muy raro, muy original, muy huachafo, muy teatrero o hasta muy petrolero, de acuerdo a como dicen los venezolanos opositores, sus detractores norteamericanos y los líderes socialistas que no se hallan precisamente en el poder de ningún país y, en el mejor de los casos, acceden a ministerios o cargos de alta jerarquía aprovechando sus amistades con los presidentes ‘izquierdistas’. Aclaremos la confusión y desechemos ilusiones.
El socialismo de Chávez está inspirado en Jesucristo y en Simón Bolívar, para empezar. Es un socialismo moderno, de este siglo, “el socialismo del siglo XXI”, (acepción inventada por el alemán Heinz Dieterich, que en un libro de ese nombre desahucia a Napoleón, Hegel, Bolívar mismo, grandes hombres a los que ha superado Chávez). Un socialismo que nada tiene que ver con Marx, con Mao, pero sí con Fidel Castro, a cuya muerte lo heredará, según propios y extraños, para dirigir la revolución mundial. Es un socialismo atípico que, según el libro (extractos) no tiene perspectiva y sólo consagra el raro odio que siente Chávez hacia Bush, Obama o cualquier presidente norteamericano, porque mientras los insulta (como lo hizo a Alan, ladrón de siete suelas, al Rey de España y ahora a su opositor, de cochino burgués y traidor de las causas venezolanas) negocia a lo grande con el gobierno yanqui: le vende petróleo más que cualquier otro miembro de la OPEP y consume comercialmente como ningún país latinoamericano lo que produce la industria norteamericana.
No negamos el atrevimiento de Chávez para decirle cinco verdades a ‘cualquierita’, a diferencia de otros mandatarios que se comportan como ‘una mujer cualquiera’ ante los que las alquilan; pero eso no lo hace socialista. El libro lo desenmascara. Interesante.   

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