miércoles, 7 de marzo de 2012

VICIOS ‘METODOLÓGICOS’ DE LA ENSEÑANZA MODERNA



Necías E. Taquiri Y.

Ahora que van a reiniciarse las clases, luego de las vacaciones, permítasenos felicitar a los buenos maestros que vuelven predispuestos a dar lo mejor de sí a favor de sus alumnos. Luego, y muy respetuosamente, sugerir a algunos colegas que, tal vez cansaditos ya de haber trabajado sin haber logrado fortuna, o de no haber construido palacetes, a fin de que, si van a seguir haciendo docencia, no descuiden su responsabilidad, que vuelvan a sus fueros más íntimos, esto es, a su vocación de enseñanza, y se alejen de esos vicios metodológicos supuestamente modernos, que en los hechos no funcionan.

Nadie está planteando –ojo- que los maestros volvamos a práctica de la educación mecánica y puramente tradicional, ni mucho menos; pero, cuando observamos que luego de una introducción maravillosa que preparan ciertos maestros para el primer día, luego proceden a la consabida distribución del contenido de la asignatura entre sus alumnos, para que éstos investiguen por su cuenta, individual o grupalmente, y por turnos vayan exponiendo ante sus compañeros lo que han investigado, nos da la sensación de que a esos maestros se les paga únicamente por la clase introductoria, con razón, y luego vanamente por asistir a escuchar las clases de sus alumnos.

Nos dirán que así es pues la educación moderna o la educación constructivista que recomiendan los teóricos más adelantados de la pedagogía; que así es como trabajan actualmente los profesores de Finlandia, Argentina, Cuba, Francia, España o los Estados Unidos. Que son los mismos muchachos los que ahora deben de encargarse de la búsqueda de libros, de su lectura, de resumirlos, de exponer en competencia y de discutirlos, porque así es como construyen sus propios aprendizajes.

¿Y qué hacen los maestros modernos? Pues, nada. Perdón, perdón, sí hacen muchas cosas: se sientan cómodamente en un rincón del aula, observan bostezando o dormitando cómo exponen sus alumnos, qué materiales utilizan durante su exposición (hay quienes exigen y hasta obligan el uso de las computadoras y proyectores durante sus exposiciones, para demostrar que ya estamos en el 2012, actualizados, y no en 1900), comentan sobre lo expuesto, critican, felicitan o cuestionan la calidad de las exposiciones, se ponen muy serios a veces o muy complacientes, según cómo se encuentren anímicamente en esos momentos, de acuerdo a cómo les vayan también sus relaciones con la luna y, oh labor de labores, califican; mejor dicho, ponen notas. ¿Hacen mucho, no?

Este es un vicio, o una desviación de la metodología de la enseñanza moderna observada con demasiada frecuencia en escuelas, colegios, universidades y estudios de post grado, que en salvaguarda de las originales y siempre vigentes funciones del profesional de la enseñanza, debería de corregirse o limitarse con urgencia, por cuanto está convirtiendo a nuestros profesores –otrora estudiosos y preocupados por preparar sus clases a diario- en virtuales ociosos o en improvisados y hasta cínicos personajes que se hacen del oído sordo cuando sus pobres alumnos les preguntan el cómo o les exigen asistencia permanente.

“Acabo de terminar una asignatura en la maestría de una universidad –nos decía un estudiante de post grado- y francamente no he aprendido nada, lo que es, absolutamente nada del profesor. No sé por qué le pagamos tanto, por cuanto nosotros sostenemos esos estudios. En la clase introductoria se llenó de halagos para consigo mismo; nos contó acerca de los países que había visitado merced a que lo habían invitado porque es un gran literato (o poeta, o algo así), que en esos lares la vida es así o asá, y que aquí estamos descuidados porque aún no nos incorporamos aún a la aldea global. En un curso donde teníamos que aprender cómo se siembran papas, ollucos y camotes, se dio el lujo de hablarnos de sus versos, de valores morales, de prístinas acciones, para luego obligarnos a exponer temas que sacamos de viejos y hasta desfasados textos, con la única particularidad de que tuvimos que hacerlo utilizando computadora y proyector”.

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