martes, 2 de octubre de 2007

J.C. Palomino opina sobre Mesa de Diálogo

Hemos recibido la siguiente colaboración. Su publicación no significa que necesariamente concordemos con el autor.
LAS PRIMERAS LECCIONES DE LA MESA DE DIÁLOGO

Por: José Carlos Palomino García - Sociólogo

Deseo iniciar este artículo, señalando que soy un convencido de la necesidad de contar con un Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho fortalecido y legitimado. A este propósito he contribuido, modestamente, desde mi condición de intelectual, al margen de sus eventuales dirigentes, y lo seguiré haciendo hasta cuando sea posible. Este antecedente, creo, me da derecho a opinar sobre lo que viene aconteciendo en la llamada MESA DE DIÁLOGO o MESA DE ALTO NIVEL. Advirtiendo que mi opinión es una percepción externa, como de cualquier ciudadano interesado en el desarrollo de nuestro pueblo.

ANTECEDENTES
Fuimos partidarios de conformar un Equipo Técnico del Frente de Defensa que, lamentablemente, no cuajó por razones que no vienen al caso comentar en esta oportunidad, motivo por la cual esta tarea fue asumida por la Mesa de Concertación, las ONGs y algunos profesionales independientes.

Las diferencias en cómo abordar esta experiencia inédita surgieron desde el inicio. El primer tema fue: ¿Cuál era lo más conveniente para nuestra región? Negociar una lista interminable de demandas y necesidades, aún cuando estuvieran enmarcadas en un Plan de Desarrollo a mediano y largo plazo, o no más de diez demandas puntuales de trascendencia regional. Al final resultó un híbrido que dilata y justifica un diálogo improductivo que, a mi modesto entender, no es favorable para los negociadores ayacuchanos. Un segundo tema de discusión fue la exigencia de una Región de Tratamiento Especial o una Región Piloto. En este punto se opto por la de Región de Tratamiento Especial, la misma que fue desnaturalizada por los representantes del gobierno central con la denominación de “Región de Atención Preferente” (dizque por haber sido planteada por los radicales), Pero más allá de las denominaciones, lo que nuestro pueblo exige desde el fin de la guerra y desde mucho más antes, es una mayor inversión pública en infraestructura económica y social, que siente las bases de un desarrollo integral y sostenible. Es en estas condiciones que se instala la Mesa de Diálogo el 20 de setiembre. Fuimos partidarios de conformar un Equipo Técnico del Frente de Defensa que, lamentablemente, no cuajó por razones que no vienen al caso comentar en esta oportunidad, motivo por la cual esta tarea fue asumida por la Mesa de Concertación, las ONGs y algunos profesionales independientes.


ANALISIS DE LA MESA DE DIALOGO

Al parecer la Mesa de Diálogo se instala sin una dirección unificada, sin alternativas ante posibles nuevos escenarios y sin documentos debidamente consensuados (es posible que ante este tipo de razonamientos se diga: “después de la guerra todos son generales”), pero corremos esos riesgos

No hemos observado, en esta Mesa, un mayor interés de parte del gobierno regional y del municipio provincial de Huamanga, cuyo alcalde se encuentra en los EEUU; salvo el consejero Quevedo y algunos trabajadores de segundo y tercer nivel. En este escenario, lamentablemente, el Frente de Defensa ha ido a la cola de los acontecimientos, sin mayor protagonismo.

En síntesis, no se tuvo claridad en las demandas y mucho menos un ente coordinador o asesor que monitoree cada una de las mesas y de solución o respuesta a los problemas que se planteaban durante el diálogo.


Un primer error es, no haber entendido el mensaje del representante del Premier, quién, en la instalación de la Mesa, señaló con toda claridad que eran tres los aspectos medulares sobre los cuales se desenvolvería la Mesa: Primero, tener como base el Plan de Desarrollo Concertado y el Plan de Competitividad. En nuestro caso, ambos documentos tiene inconvenientes, porque el primero está en proceso de elaboración y el segundo está desfasado. En segundo lugar, planteó que las inversiones, en cualquiera de los casos, debían ser compartidas entre los tres niveles de gobierno, y en tercer lugar (que a mi entender es lo más importante), que cualquier nueva inversión se haría en base a una evaluación del desempeño del gobierno regional, para ver su capacidad de gasto y si tenía la acreditación para asumir mayores recursos y compromisos. Frente a estos tres planteamientos de esencia vertical y centralista, era muy poco lo que podía lograrse en las mesas.

¿QUÉ HACER?

  • En primer lugar, definir el papel del Frente de Defensa en la Mesa de negociaciones porque, al parecer, existe la intención soterrada de no considerarlo como un interlocutor válido; esto tiene que definirse con mucha claridad antes de proseguir con el diálogo.
  • Todos los avances concretos, en las Mesas, deben ser refrendados con actos resolutivos de carácter vinculante (por ejemplo, las carreteras inter departamentales), de lo contrario no habría razón de continuar con las negociaciones.
  • Existe, a mi entender, la necesidad de replantear la estrategia y persistir en un mínimo de demandas prioritarias y de impacto regional, como lo han hecho Arequipa en su momento y en estos días el Cusco, sin haber realizado ninguna marcha.
  • Los planteamientos de “hacer incidencia política” o “ubicarnos en la agenda nacional” son utópicos, en una coyuntura política donde el tema Fujimori y la próxima firma del TLC copan atención nacional. Tal vez dejarlo para más adelante.
  • Lo más importante, en esta etapa, es enarbolar la bandera de una descentralización efectiva y real, para lo cual necesitamos fortalecer el FDPA, los frentes provinciales, las organizaciones de base y establecer coordinaciones con los Frentes Regionales de Apurimac, Huancavelica, Huánuco y Junín, a fin de preparar acciones de fuerza conjuntas, de no atenderse nuestras demandas.
  • Exigir y comprometer al gobierno regional y los gobiernos locales asuman un liderazgo real y que realicen gestiones eficientes y transparentes, que permitan presionar al gobierno central. El pueblo y sus organizaciones no pueden ser cómplices de gestiones ineficientes. Está bien la unidad en temas concretos, pero no podemos caer en una suerte de complicidad.
  • Mantener informada a la población sobre los avances de las negociaciones y explicarles de las limitaciones de este tipo de escenarios. Persistir en la organización del pueblo y confiar en nuestras propias fuerzas.
  • Precisar mejor al equipo negociador y designar un coordinador general con capacidad de decisión. Realizar balances permanentes.


La más importante lección de esta experiencia debe ser:

Que el Frente de Defensa cuente con un equipo de asesoramiento técnico permanente, dejar de lado la mezquindad y el egoísmo, buscar nuevas estrategias de convocatoria y ligazón con las masas.

Ayacucho, 30 de setiembre del 2007

1 comentario:

gsamsa dijo...

(¿qué diablos significa ser intelectual en Ayacucho a inicios del S XXI?) ¿Será suficiente el tener un título profesional?. No sé a qué me suena el párrafo inicial: tiene algo de modestia un tanto impostada, que deja entrever, bajo el ropaje de estudiada humildad, los destellos iridiscentes de la típica pedantería profesoral que nunca olvida el tono pontifical....¡Vive el espíritu del georgiano Josiph Vissiaronovich Dzugasvilli!..