Hoy es el "Día de la Solidaridad y de Reflexión en la Prevención de Desastres" instaurado en 1992 en homenaje a todos los hombres y mujeres, instituciones y pueblos afectados por el sismo que el 31 de mayo de 1970 asoló el departamento de Ancash.
En un Perú y un Ayacucho altamente vulnerables ¿cuántos alcaldes como Kotaku Wamura necesitamos? . Pero no sólo alcaldes , sino también personas con actitudes similares al del ahora reivindicado ciudadano de Fudai .
EL TSUNAMI NO LLEGÓ A FUDAI
El muro que salvó un pueblo
Por: Mario Castro Ganoza Corresponsal
"El Comercio" Domingo 29 de Mayo de 2011
El tsunami que el pasado 11 de marzo arrasó la costa noreste de Japón ha matado más de 25.000 personas pero ha revivido y reivindicado la memoria del ya fallecido Kotaku Wamura, el ex alcalde del pueblito de Fudai, el único en toda la región al que las olas del maremoto ni siquiera tocaron, gracias a la muralla de 15 metros de altura y 205 de largo que, a pesar de las críticas y la oposición de los pobladores, visionariamente él construyó.
Comparada con las barreras de contención de los pueblos vecinos, la de Fudai, una localidad pesquera de 69 km² y 3.088 habitantes, es 5 metros más alta en promedio. Y fueron justamente esos 500 centímetros los que evitaron no solo una enorme devastación, sino numerosas muertes que sí se registraron en los pueblos adyacentes cuyas barreras de concreto fueron fácilmente superadas por las olas del tsunami que en esa área de la costa alcanzaron los 20 metros de altura.
La única vida que el mar le arrebató a Fudai fue la de un pescador que, luego del terremoto de 9 grados en la escala de Richter que sacudió la región, salió rumbo al puerto del pueblo para verificar su embarcación. Una muestra de lo que pudo sufrir Fudai de no haber tenido la barrera diseñada por Wamura fue su puerto, el cual quedó completamente destruido y cuyas pérdidas superan los US$47 millones.
Wamura, sobreviviente al tsunami de 1933 que causó 439 muertes en Fudai, fue alcalde del pueblo en 10 ocasiones consecutivas, entre 1947 y 1987. Su obra, que costó unos US$30 millones de la actualidad, fue pagada en partes iguales entre el pueblo y el Gobierno Central, y demoró 12 años en concluirse, desde 1972 hasta 1984, aunque comenzó a planificarla desde 1967.
Inicialmente pensada como un simple muro de contención, la muralla se convirtió durante el proceso de su construcción en una represa con cuatro grandes compuertas, que podían dejar fluir o detener completamente el agua del río sobre el cual fue construida la obra.
La razón del empecinamiento de Wamura por edificar lo que sus vecinos muchas veces consideraron un elefante blanco se encuentra en el libro que escribió, “A 40 años de la lucha contra la pobreza”, en el que relata su experiencia durante el tsunami de 1933. En uno de sus párrafos el ex alcalde escribe: “Cuando vi los cadáveres sepultados entre montones de tierra, no sabía qué decir. Me quedé sin palabras”.
“Costó mucho dinero pero sin ella Fudai hubiese desaparecido”, indica el pescador Satoshi Kaneko, nacido en la localidad hace 55 años. “La efectividad del muro y de las compuertas fue realmente impresionante”, opina Hiroshi Fukawatari, actual alcalde de la villa ubicada a 510 kilómetros de Tokio.
En 1990, seis años después de concluir el muro de contención, Wamura se retiró de la vida pública. Murió en 1997 a los 88 años, y desde el pasado 11 de marzo a su tumba, ubicada en una de las laderas del pueblo, no le faltan flores ni incienso que los pobladores de Fudai colocan en señal de agradecimiento.
Comparada con las barreras de contención de los pueblos vecinos, la de Fudai, una localidad pesquera de 69 km² y 3.088 habitantes, es 5 metros más alta en promedio. Y fueron justamente esos 500 centímetros los que evitaron no solo una enorme devastación, sino numerosas muertes que sí se registraron en los pueblos adyacentes cuyas barreras de concreto fueron fácilmente superadas por las olas del tsunami que en esa área de la costa alcanzaron los 20 metros de altura.
La única vida que el mar le arrebató a Fudai fue la de un pescador que, luego del terremoto de 9 grados en la escala de Richter que sacudió la región, salió rumbo al puerto del pueblo para verificar su embarcación. Una muestra de lo que pudo sufrir Fudai de no haber tenido la barrera diseñada por Wamura fue su puerto, el cual quedó completamente destruido y cuyas pérdidas superan los US$47 millones.
Wamura, sobreviviente al tsunami de 1933 que causó 439 muertes en Fudai, fue alcalde del pueblo en 10 ocasiones consecutivas, entre 1947 y 1987. Su obra, que costó unos US$30 millones de la actualidad, fue pagada en partes iguales entre el pueblo y el Gobierno Central, y demoró 12 años en concluirse, desde 1972 hasta 1984, aunque comenzó a planificarla desde 1967.
Inicialmente pensada como un simple muro de contención, la muralla se convirtió durante el proceso de su construcción en una represa con cuatro grandes compuertas, que podían dejar fluir o detener completamente el agua del río sobre el cual fue construida la obra.
La razón del empecinamiento de Wamura por edificar lo que sus vecinos muchas veces consideraron un elefante blanco se encuentra en el libro que escribió, “A 40 años de la lucha contra la pobreza”, en el que relata su experiencia durante el tsunami de 1933. En uno de sus párrafos el ex alcalde escribe: “Cuando vi los cadáveres sepultados entre montones de tierra, no sabía qué decir. Me quedé sin palabras”.
“Costó mucho dinero pero sin ella Fudai hubiese desaparecido”, indica el pescador Satoshi Kaneko, nacido en la localidad hace 55 años. “La efectividad del muro y de las compuertas fue realmente impresionante”, opina Hiroshi Fukawatari, actual alcalde de la villa ubicada a 510 kilómetros de Tokio.
En 1990, seis años después de concluir el muro de contención, Wamura se retiró de la vida pública. Murió en 1997 a los 88 años, y desde el pasado 11 de marzo a su tumba, ubicada en una de las laderas del pueblo, no le faltan flores ni incienso que los pobladores de Fudai colocan en señal de agradecimiento.
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