domingo, 26 de agosto de 2007

A propósito del terremoto..... ¿ayudar por ayudar?

Pasado el fatídico 15 de agosto , todos coincidimos en que debemos de aprender de lo ocurrido y estar , además de preparados, en alerta.

La solidaridad demostrada por peruanos y extranjeros es digna de destacar..... ¿pero de trata sólo de ayudar por ayudar? . No. La Organización Panamericana de la Salud ha editado "ASISTENCIA HUMANITARIA EN CASO DE DESASTRES" , de la cual extraemos los Principios de ayuda humanitaria:

Cuando la asistencia humanitaria es coordinada adecuadamente y responde a las necesidades reales, sus beneficios son mucho mayores para las víctimas y puede jugar incluso un papel importante en el desarrollo del país. Tanto los donantes como las autoridades de los países proclives a sufrir desastres deben tener presentes los siguientes principios para prestar una asistencia humanitaria eficaz:

No tipificar los desastres . Los efectos de los desastres sobre la salud varían no sólo según el tipo de desastre, sino también según la situación económica y política del país afectado, y el grado de desarrollo de su infraestructura .

La asistencia sanitaria debe prestarse en consulta con los funcionarios designados por el Ministerio de Salud para coordinar la asistencia humanitaria. El coordinador de desastres del sector salud es un funcionario de alto nivel que sirve de punto focal para situaciones de emergencia y coordina las actividades humanitarias vinculadas a la salud.

Seguir los procedimientos de comunicación, coordinación y supervisión establecidos por las autoridades de los países afectados por el desastre . Esto se logra más fácilmente mediante reuniones llevadas a cabo regularmente, como parte del proceso de planificación de desastres, entre autoridades nacionales y representantes de los organismos donantes, ONGs y otras organizaciones que participen en la asistencia humanitaria.

La evaluación de las necesidades debe ser realizada sin demora por las autoridades sanitarias nacionales del país afectado. Los donantes deben ser informados de inmediato acerca de cuál es el tipo concreto de ayuda que se necesita y cuál es el que no se necesita. Los retrasos en la llegada de la ayuda del exterior son inevitables y pueden ser prolongados; a veces ya se han satisfecho las necesidades cuando la ayuda llega.

Informar a los donantes de lo que no se desea recibir ni se necesita. Esto es tan crítico como dar las especificaciones de lo que sí se necesita. Las pautas deben circularse entre todos los posibles proveedores de asistencia y los representantes diplomáticos y consulares en el extranjero.

Los donantes no deben competir entre ellos para satisfacer las necesidades más visibles de un país afectado. La calidad y adecuación de la asistencia son más importantes que su tamaño, su valor monetario o la velocidad con la que llega.

La ayuda de emergencia debe complementar, no duplicar, las medidas aplicadas por el país afectado. Si bien es inevitable cierta duplicación cuando tantos países y organismos de todo el mundo se apresuran a cubrir las mismas necesidades, reales o supuestas, gran parte de esa duplicación puede evitarse recurriendo, en su calidad de entidad de coordinación, a la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) y a la OPS/OMS en cuanto a las necesidades sanitarias. Hay también consorcios de ONGs y organizaciones voluntarias que coordinan la asistencia.

Es improbable que se necesite personal médico del exterior. Las necesidades inmediatas de las víctimas deben ser satisfechas en las primeras horas posteriores al desastre. Tanto los equipos médicos como los voluntarios provenientes del exterior por iniciativa propia, se encuentran sin la preparación adecuada o bien llegan demasiado tarde para representar una verdadera ayuda. Los equipos de países o regiones vecinos que comparten una cultura y un idioma comunes pueden prestar una ayuda valiosa .

La necesidad de búsqueda y rescate, de primeros auxilios para salvar vidas y de otros procedimientos médicos inmediatos suele ser breve . Es necesaria mucha cautela al considerar asistencia internacional que resulta inútil una vez que ha pasado la fase de emergencia aguda. Por ejemplo, personal, equipos especializados de rescate, hospitales móviles y productos perecederos .

El uso de Internet se ha convertido en una necesidad antes y durante las emergencias . Las comunicaciones electrónicas reducen las demoras para hacer promesas y contribuciones en situaciones de desastre. Las ONG y otros colaboradores deben participar activamente y promover el libre intercambio de la información en In t e r n e t .

La información debe circular sin trabas y ser sometida a examen para asegurar que el manejo de los suministros humanitarios se haga de manera responsable
. Los donantes y las autoridades nacionales deben proporcionar informes exactos sobre el estado de los envíos y la distribución de los suministros. Los sistemas de manejo de suministros como SUMA son utilizados para mantener inventarios, clasificar y seleccionar los suministros que llegan y proporcionar a los donantes y a las autoridades nacionales informes exactos de la situación de los envíos y las entregas .

Los militares del país y, cada vez con mayor frecuencia, los militares extranjeros desempeñan una función importante en la asistencia humanitaria, en particular en el ámbito de la logística (transporte, comunicación y reconocimientos aéreos ) . El diálogo continuo entre las autoridades civiles y militares y la participación en ejercicios conjuntos servirán para asegurar que la colaboración militar contribuya a mejorar y no a desplazar la influencia de las autoridades sanitarias nacionales en situaciones de emergencia.

No reaccionar exageradamente ante los informes de los medios de comunicación que piden ayuda internacional urgente. A pesar de las trágicas imágenes que los medios muestran, es necesario formarse una visión de conjunto de la situación y esperar hasta que las peticiones de ayuda se hayan hecho formalmente.

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