jueves, 3 de junio de 2021

UNA VISITA A LA CATARATA DE SAYWAPATA (SAN MIGUEL - LA MAR)


Lo primero que debemos de dejar en claro es la diferencia entre catarata y cascada. Iagua refiere lo siguiente: "Se entiende como cascada a una caída desde cierta altura del agua de un río u otra corriente como el Salto del Ángel. Mientras que la palabra catarata hace referencia a un salto grande de agua, es decir, a caídas muy grandes y caudalosas como las Cataratas del Niágara". Sin embargo el uso a hecho común el decirle catarata a una cascada, por ejemplo "catarata de Saywapata".

San Miguel, la capital de La Mar, nos recibe siempre acogedora. Un gentil mototaxista nos lleva primero a Huayanay y luego a Capillapampa de donde partiremos a Saywapata. Al subir la cuesta la primera pregunta es cuán lejos se encuentra la catarata y las respuestas de los lugareños y de los visitantes indican que "está cerca", es cierto y contrasta con el "aquicito no más" que se dice en otras zonas.




El sendero que conduce a Saywapata está bien hecho, con escalinatas que facilitan el caminar; intentamos averiguar en qué gestión municipal se hizo el trabajo pero no hay referencias ... buena obra, señor ex - alcalde. Muchos nos observan casi sorprendidos cuando  tomamos fotos a los carteles con mensajes ambientales que estudiantes de instituciones han instalado ... buenos mensajes, "muchachos" y aplausos también para sus docentes. La vegetación, ese oxígeno que parece alegrar a nuestros alveolos y el trinar de las aves hacen más grato nuestro andar. Mención a parte y que de pronto puede resultar algo irrelevante pero no lo es ... la gente saluda, ya sean adultos, mayores, niños, todos saludan y sirven de ejemplo a los citadinos que hemos perdido esa práctica.

















Y la catarata, toda una belleza paisajística. Merece visitarse.






El retorno se hace más ligero -eso no es novedad- y permite divisar los verdes  paisajes. Al llegar a Capillapampa es "justa y necesaria" una "remojadita" en el riachuelo de aguas frías. Luego pasamos a la piscigranja de Dacio -aliancista y que nos cuenta que recibe la asesoría del colega Américo Urbano- a degustar un plato de trucha, con choclo, papa, ají y ensalada... sería injusto  regatear el precio de S/. 8.00.



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